"Yo pensé que iba a ser más difícil, pero creo que lo he hecho bastante bien: cuando el test de embarazo marcó las dos rayitas, lo primero que pensé fue 'tengo que dejar de fumar' y así lo hice poco a poco, aunque yo no me fumaba más que dos o tres cigarros al día. No tenía ese gran vicio que tienen otras personas... como Omar, que se fuma casi una caja diaria", dijo.
La futura madre, de 27 años, ha logrado lo que otras gestantes no: a pesar de que desde el momento de captar el embarazo se les explican los efectos nocivos de la nicotina, muchas mujeres continúan consumiendo productos del tabaco; algo que para los expertos tiene como trasfondo el estrés, la depresión, la falta de recursos y de apoyo familiar, entre otros condicionantes.
Pero nuestra entrevistada optó por la expresión más alta de afecto en la especie humana: el amor maternal, en el cual halló las herramientas para suprimir una práctica que, de cierta forma, las personas eligen en detrimento de su bienestar.
Arletis tiene la belleza que da gestar, y el sueño de traer al mundo a una bebita saludable. Sin embargo, el tabaquismo sigue ensombreciendo la espera de la pequeña Alba.
"Mi esposo no ha dejado de fumar y eso ha traído disgusto, pero él dice que no puede. Todo el mundo no es igual...", afirma.
Arletis no lo sabe bien, o al menos prefiere creer que ese humo ajeno no va a dañar a su hijita; pero ambas están en riesgo.
"El tabaquismo en el embarazo y la exposición al humo del tabaco ajeno o de segunda mano, como también se denomina, se asocian a riesgos como el aborto espontáneo y el parto pretérmino con una afectación importante para el feto, que no puede completar su desarrollo en el vientre materno y nace prematuro, con bajo peso. También aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante, entre otros problemas", explicó la doctora Estrella Soler Alonso, funcionaria del Programa de Atención Materno Infantil en Santiago de Cuba.
"Lo mejor -agregó- es evitar el humo y el cigarro. En eso la familia tiene la responsabilidad de contribuir para que el embarazo llegue a un feliz término."
De acuerdo con la especialista, si una persona desea dejar de fumar, máxime cuando se trata de preservar la salud de una gestante con la que convive y la del bebé, debe acudir al médico de la familia, quien le orientará y remitirá a la consulta de cesación tabáquica.
La también responsable del programa de Planificación familiar insistió en la importancia de prepararse para el embarazo, de modo que la mujer pueda llegar a este en las mejores condiciones de salud posibles.
Señaló que las parejas que deseen concebir deben dirigirse al médico de la familia para iniciar el manejo del riesgo reproductivo preconcepcional, es decir, la modificación de todos los factores que pueden afectar el desarrollo de la gestación y su feliz desenlace. Si fueran fumadores, entre los peligros a suprimir estaría, por supuesto, la adicción a productos del tabaco y el tratamiento a sus consecuencias en la salud de la futura madre.
"Dejar de fumar antes del embarazo no sólo va a beneficiar a los padres, sino que a largo plazo evita daños a los niños, pues la exposición al humo ajeno afecta su sistema inmunológico; de ahí que sean más propensos a padecer infecciones respiratorias y otorrinolaríngeas, por citar un ejemplo", concluyó.
De acuerdo con datos del Ministerio de Salud Pública, el 51 % de las gestantes cubanas están expuestas al humo nicotínico y, según la Organización Mundial de la Salud, Cuba es de los países con mayor exposición de humo de tabaco en el hogar en América Latina. El 54% de las familias de la Isla son afectadas por este agente contaminante.