Opinión
No recuerdo en qué sito en internet leí estas líneas que hoy reproduzco en su totalidad: “En el mundo de las artes, muchas personas nacieron para dejar huella”, uno de ellos fue Adalberto Cecilio Álvarez Zayas, quien hoy 22 de noviembre estuviera apagando velitas.
Hoy es 19 de noviembre y aunque parezca un día como otro, no lo es. Hoy se celebra el día del hombre y sirve la jornada como una oportunidad para reflexionar sobre este género.
Una vez escribí y ahora sobran razones para reiterarlo, que, en relación con Cuba, todos los gobiernos yanquis, desde que triunfó la Revolución, han sido los mismos perros con los mismos collares; que algunos han ladrado menos, pero todos han mordido igual.
Decir que el bloqueo yanqui no es la causa principal de las dificultades económicas que hoy enfrenta nuestro país, es como coger a una persona, atarla de pies y manos, amarrarle una soga al cuello con una piedra atada al otro extremo, lanzarla al mar y después afirmar que se ahogó porque no sabía nadar.
Recién inició el curso escolar 2024-2025, las calles y las escuelas se pintan de rojo, blanco y azul con el andar apresurado de los más pequeños, quienes son también, los más vulnerables en el contexto epidemiológico de la provincia, donde circulan el archiconocido Dengue y el a veces subvalorado Oropouche.
Recien finalizó la etapa estival correspondiente a 2024. El país, imperiosamente, necesitaba de espacios para que su gente disfrutase. Esfuerzos extraordinarios se encauzaron para que, bajo el sugerente eslogan de Modo Verano, los meses de julio y agosto fuesen de reposo y agrado para la mayoría, aun en medio del complejísimo escenario en el que se desenvuelven la economía y la sociedad cubanas.
Muchas son las dificultades por la que pasa nuestro país debido al bloqueo económico financiero por parte del gobierno de Estados Unidos que hace años afecta a la nación cubana. Uno de los problemas más urgentes es el de la alimentación.
El 16 de agosto de 1925, en una vieja casa de la calle Calzada, en el Vedado, La Habana, demolida tiempo después y donde hoy se erige la sala Hubert de Blanck, se fundó el primer Partido Comunista de Cuba. Ese día marcó un hito en la historia cubana. Las ideas marxistas, enlazadas con las martianas, irrumpían con más nitidez y fuerza en el escenario político, pese a la brutal represión y las calumnias de las clases dominantes, subordinadas en cuerpo y alma al gobierno imperial de los Estados Unidos.
La preocupación y ocupación de la dirección del país y los territorios, está enfocada actualmente a la corrección de las distorsiones y reimpulsar la economía cubana.
La noticia de los más de 3 000 recién graduados en la Universidad de Oriente, trajo a mi memoria una tragedia contada en cifras, sufrida por el pueblo cubano como afrenta a nuestro José Martí en el año de su centenario.