Especiales
“Si me preguntan qué significa el Jardín de los Helechos solo puedo decir que es mi paraíso”, afirmó Manuel García Caluff, creador del Jardín de los Helechos de Santiago de Cuba en una de las tantas entrevistas concedidas a los medios de prensa cubanos.
Los mangos de bizcochuelo de El Caney, fueron la inspiración para que Félix B. Caignet los inmortalizara con su Son Frutas de El Caney, popularizado por el Trío Matamoros y por Compay Segundo, en reverencia a esta fértil tierra: “Frutas, quién quiere comprarme frutas/ Mangos, de mamey y bizcochuelo/ Piñas, piñas dulces como azúcar/ Cosechadas en las lomas del Caney…”
En noviembre de 1975 Cuba escribió una de las páginas de su historia internacionalista: la Operación Carlota, una misión militar y humanitaria en Angola que se extendió por más de 15 años.
En la provincia de Santiago de Cuba, un medicamento innovador está transformando la lucha contra el cáncer de piel no melanoma. Se trata del HeberFERON, una coformulación de interferones alfa 2b y gamma humanos recombinantes, desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba.
Enclavada en la comunidad de Las Flores, del poblado de El Caney, en Santiago de Cuba, la casita infantil Idiomas de amor se erige como sitio seguro no solo para el cuidado de niños y niñas de la primera infancia, sino también como espacio propicio para el desarrollo de sus habilidades y conocimientos.
*Este 19 de mayo se cumplen 130 años de la caída en combate del Apóstol de nuestra Independencia
Luis Alberto Portuondo Orega
Nació en La Habana el 28 de enero de 1853 y murió, “sin patria pero sin amo”, en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895; fue “de cara al Sol”, tal y como lo había “profetizado” en forma de versos. Es nuestro José Julián Martí Pérez, el que la caprichosa historia concedió descanso “en la infatigable Santiago”.
Su ruta fúnebre signó la historia de Contramaestre, Palma Soriano, San Luis y de capital de Oriente. Desde ese propio año de 1895, los santiagueros custodiamos sus restos y preservamos su legado, muy cerca yacen el padre y la Madre de la Patria, y en un sencillo monolito aquel que trajo “en el corazón, las doctrinas del Maestro”, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
En su “Elegía a mis hermanos muertos el 27 de Noviembre de 1871”, el Apóstol sentenció: “Cuando se muere/ en brazos de la patria agradecida,/ la muerte acaba, la prisión se rompe; ¡empieza, al fin, con el morir la vida!”. Es por eso que no recordamos su muerte en el sentido literal y con sentimientos luctuosos; más bien celebramos su vida, esa fecunda existencia en la que sacrificó todo en pos de una Cuba “con todos y para el bien de todos”.
Martí sacrificó todo por Cuba y se pronunció a favor de la integración y la unidad latinoamericana. Advirtió con visión preclara, y lo asumió como deber, el “impedir a tiempo que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos, y caigan con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América”.
Madre del alma, madre querida,/ Son tus natales, quiero cantar;/ Porque mi alma, de amor henchida,/ Aunque muy joven nunca se olvida/ De la que vida me hubo dar.(...) Siempre que llegan estas fechas recordamos al autor de estos primeros versos conocidos. Casualmente en el mismo año del inicio de las luchas por la independencia de Cuba: 1868.
“Todo es gloria en julio”. Así lo dijo nuestro Héroe Nacional, José Martí, en un artículo publicado en el periódico El Partido Liberal, de México, el 27 de septiembre de 1889. Y argumentó: “Julio es mes de heroicos aniversarios para la República en Europa y en América”.
En la Cuba contemporánea, el pensamiento de José Martí sigue siendo faro y guía, no como reliquia del pasado, sino como ideario vivo que ilumina los desafíos del presente.