"Esta es una tarea muy sentida, muy noble y necesaria", afirma con convicción la Máster Berta Cuevas Ramos, Directora del Banco de Sangre Provincial. "El producto que se utiliza es un medicamento biológico que viene del humano. Por tanto, ahí estriba la importancia de las donaciones de sangre". Para la directora, este gesto trasciende cualquier división: "No se puede unir a problemas de incomprensión política o dirección religiosa. Tiene un carácter humanitario y solidario".
El objetivo es claro: mejorar la calidad de vida de pacientes que necesitan sangre directa o hemoderivados vitales para diversas patologías.
Cuevas Ramos rinde tributo al trabajo incansable de su equipo: "El centro mantiene su condición de colectivo moral; no tiene hora, no tiene día, no hay feriado, trabajan las 24 horas, los 365 días del año". Y concluye con emoción: "Vale la pena, vale la pena el sacrificio".
Entre los rostros que acuden al llamado está Rolando Urrutia Carbonell, Administrador del Distrito 4 de Educación. Su gesto es parte de una larga historia de compromiso: "Vine a dar mi sangre para todos los necesitados. Hace más de veinte años acudo, pensando siempre que puedo salvar una vida con mi aporte" Su testimonio encarna la esencia del donante recurrente, aquel que convierte la solidaridad en un hábito de vida.
Yaima Bruna López, Viceintendente de Atención de la Salud, refuerza el mensaje central."Una gota salva vidas", condensando en pocas palabras el poder inmenso de cada donación. Bruna López destaca la articulación necesaria para el éxito de la jornada:
"Participan varias entidades y bancos de sangre para atender la necesidad en estos tiempos". Además, reconoce el esfuerzo de muchos que trabajan tras bambalinas y la importancia que las autoridades sanitarias otorgan a esta labor.
Mientras las agujas extraen el líquido vital que es también esperanza, Santiago demuestra que su fortaleza reside no solo en su historia, sino en la capacidad de sus habitantes de unirse por el otro. Cada bolsa recolectada es un latido compartido, un acto que confirma que, frente a la necesidad, la respuesta más poderosa es la solidaridad humana. El Día del Donante no es solo una fecha, es un recordatorio activo de que salvar vidas está, literalmente, en nuestras venas.