Historia
Este aforismo forma parte de la cultura política de los cubanos. Palabras publicadas en el periódico Patria, en Estados Unidos, el 14 de julio de 1894. Las aprendí con Antolina, mi inolvidable maestra de segundo grado, quien solía repetirlo a sus alumnos y dictarlo para que fuera copiado y aprendido.
Antes de 1959, en Cuba se celebraba el 20 de mayo como día de la independencia nacional. Se nos decía en las escuelas que ese día había nacido la República independiente, que había cesado el dominio español y desde entonces teníamos la más plena libertad. Todo eso, se agregaba, gracias a la “generosa ayuda” del gobierno de los Estados Unidos, a quien debíamos eterno agradecimiento.
La Reforma Agraria, que cumple 64 años este 17 de mayo, fue y sigue siendo el todo del campesinado cubano. No sólo por la propiedad de la tierra que otrora trabajaban sin ser sus dueños. Ni tampoco por haberse eliminado el odioso y criminal latifundismo. Esa Ley transformó totalmente la vida de nuestros pobladores del campo en sus condiciones de trabajo y de existencia. La salud, la educación, la cultura, el deporte, el sistema crediticio, la seguridad de mercado, el apoyo en equipos y técnicas de cultivo, el respeto a la dignidad humana y la plena y activa incorporación a la sociedad, no han dejado de fortalecerse durante estas más seis décadas.
Hoy 17 de mayo celebramos el Día del Campesino cubano, celebramos la Revolución que triunfó el 1 de enero del 1959 y que tuvo en esa clase un baluarte decisivo para la creación del estado socialista que construimos.
A Fulgencio Batista Zaldívar lo conocemos los cubanos como el hombre que, a raíz del golpe militar del 4 de septiembre de 1933, comenzó una larga carrera de crímenes, de traiciones, de servidumbre a los Estados Unidos y de opresión contra el pueblo cubano.
La fecha del 8 de mayo encierra un simbolismo en la hermandad entre los pueblos de Cuba y de Venezuela. Un símbolo escrito con sangre.
El 8 de mayo de 1935 Antonio Guiteras Holmes libró su último combate, casi solitario y junto a un compañero de lucha, Carlos Aponte: dos revolucionarios que se enfrentaron con bravura a más de un centenar de soldados del ejército cuando intentaban salir del país por la antigua guarnición de El Morrillo, Matanzas, cerca de la desembocadura del río Canímar.
A cinco kilómetros del poblado de Dos Caminos, en el municipio de San Luis, Santiago de Cuba, están las ruinas del antiguo ingenio La Mejorana, sitio en el que el 5 de mayo de 1895 se reunieron los tres
Eliseo Reyes Rodríguez, el famoso Capitán San Luis, nació el 27 de abril de 1940 y murió el 25 de ese mismo mes pero del 1967 en Bolivia.
Raúl Roa García también fue periodista, de ahí que este oficio le impregnara la asertiva oratoria que marcó época en las sesiones de las organizaciones de Estados Americanos (OEA) y de Naciones Unidas (ONU) cuando defendía a Cuba. Este 18 de abril se cumplieron 116 años de su nacimiento.