Tanto Raúl como Almeida, habían combatido en el Moncada, sufrieron prisión después del asalto y luego de la amnistía lograda por la presión popular el 15 de mayo de 1955, marcharon al exilio en México, desde donde partieron junto a Fidel como expedicionarios del yate Granma, desembarcando cerca de Playas Coloradas, en Niquero, el 2 de diciembre de 1956.
En la expedición, los dos venían como capitanes. Raúl como jefe del pelotón de retaguardia, mientras que Almeida tenía igual responsabilidad en el pelotón del centro. Ambos participaron en el combate de Alegría de Pío y luego de la dispersión tras la inicial derrota, se unieron de nuevo a Fidel para continuar la lucha guerrillera.
Cuando el máximo jefe de la Revolución logró reagrupar a una pequeña parte de los expedicionarios - un total de 18 - entre ellos estaban Raúl y Almeida. En los primeros 15 días, 21 de los 82 integrantes de la expedición habían caído - tres en combate y 18 asesinados - , 22 habían sido hechos prisioneros y 21, evadiendo la feroz persecución, lograron salir de la zona de operaciones.
El 17 de enero de 1957, Raúl y Almeida participan en el combate de La Plata, primera victoria del naciente Ejército Rebelde sobre las fuerzas de la tiranía batistiana. Y cuando el 28 de mayo de ese mismo año se produce el combate de El Uvero Che, allí están ellos, distinguiéndose entre los primeros. Entre los heridos figura Almeida.
Formados en la disciplina, fogueados en los combates y en las difíciles condiciones de la lucha guerrillera, los dos combatientes demuestran sus cualidades como jefes. Son así, sus méritos ganados, sus mejores avales no sólo para el ascenso al grado de Comandante, sino para recibir del máximo jefe rebelde la misión de conducir las columnas que extenderían la lucha armada hacia otras zonas de la provincia oriental.
En la orden de ascenso a Raúl, apuntaría Fidel: “Se comunica por este medio que ha sido ascendido al grado de Comandante el Capitán Raúl Castro Ruz y se le nombra jefe de la Columna 6 que operará en el territorio montañoso situado al Norte de la provincia de Oriente, desde el Término Municipal de Mayarí al de Baracoa, quedando bajo su mando las patrullas rebeldes que operan en dicha zona” (…)
En el caso de Almeida, señala el Comandante en Jefe: “Se comunica por este medio que ha sido ascendido al grado de Comandante el Capitán Juan Almeida Bosque y se le nombra jefe de la Columna 3 que operará en el territorio de la Sierra Maestra, situado al este del poblado de María Tomasa, debiendo extender el campo de operaciones lo más lejos posible hacia esa dirección” (…)
Antes de Raúl y Almeida, el grado de Comandante del Ejército Rebelde, otorgado por el Comandante en Jefe, en la Sierra Maestra sólo lo poseía el Che, desde julio de 1957. Ernesto Guevara de la Serna, había venido en el Granma como Teniente jefe de Sanidad y comandó la Columna 4, primera que se desprendió de la Columna Uno José Martí, dirigida por Fidel.
Las columnas conducidas por Raúl y Almeida, dieron origen al Segundo Frente Oriental Frank País y al Tercer Frente Oriental Dr. Mario Muñoz Monroy, los que cumplieron sus misiones y fueron un puntal decisivo en la victoria.
Hoy, transcurridos 65 años de aquel histórico ascenso, los patriotas cubanos nos sentimos orgullosos de que junto a la memoria de Fidel y de Almeida, continuemos teniendo como conductor de nuestra obra a Raúl. Al General de Ejército, sobre cuyos hombros brillan ahora con más intensidad las estrellas martianas e insurrectas.
Estrellas sostenidas por quienes haciendo realidad los versos patrióticos de Raúl Gómez García al partir hacia el asalto al Moncada, sintieron en lo más hondo la sed enfebrecida de la Patria y pusieron en la cima del Turquino la Estrella Solitaria.