Ella los unió en la lucha, los hermanó en el combate. Ella forjó el carácter de los que sobrevivieron a la guerra, para asumir las tareas no menos heroicas luego del triunfo revolucionario.
En este Mausoleo del II Frente, las palmas se asemejan a gigantescas milicianas, erigidas atalayas donde las pupilas insomnes de la Patria velan por la tranquilidad de los restos de sus hijos y por preservar las conquistas fraguadas con sangre y sudor de todo un pueblo.
Ahora, como ayer en el combate, la madre reúne a los hijos que vuelven a ella, no para vivir en el silencio, sino para multiplicar voluntades y continuar la historia que una vez los tuvo como dignos protagonistas en unas montañas donde cada día a la Patria le crecen nuevas y más profundas raíces.
*Este 11 de marzo, se cumplen 65 años de aquella gloriosa epopeya. Son 65 nuevas razones para continuar manteniendo viva la llama que derritió los grilletes de la tiranía y sigue iluminando el pasado, el presente y el futuro de nuestra Revolución, con el legado de Raúl de que frente al enemigo imperial no habrá nunca ni conciliación ni rendición ni derrota. *