Especiales
A la doctora Inés María Rizo Sánchez la conocí en las cercanías del Pico Turquino. Casi cuarenta años depués de que esas lomas entre cielo y mar
le entraran por las pupilas, volvió a las cercanías de la Sierra Maestra.
Dicen que esta es la mejor etapa de la vida, que se vive sin preocupaciones y que cada instante es superior al otro. Se sueña con el futuro y son muchas las metas; y aunque las circunstancias sociales imponen sacrificios siempre se escucha la voz de los padres: “lo tuyo es estudiar”, pues desde la familia se entrega todo para que las nuevas generaciones se formen en valores y conocimientos que le serán útiles el resto de su existencia.
Por estos días el ruido de taladros, martillos y máquinas de corte se funde con el polvo y el olor a pintura fresca en el centro histórico de la ciudad de Santiago de Cuba. La urbe caribeña y musical se renueva para lucir más hermosa en los festejos decembrinos y para el advenimiento del aniversario 65 del triunfo de la Revolución.
Año tras año se celebra la Olimpiada Centroamericana y del Caribe de Biología (OLCECAB), concurso cognitivo en el que se articulan capacidades, habilidades y destrezas en los distintos campos de dicha ciencia, con el fin de estimular y promover su estudio y el desarrollo de
jóvenes talentos.
A 32 años de fundado, el hotel Meliá Santiago de Cuba deviene instalación clave en el desarrollo de un turismo eficiente y de mejor calidad en esta urbe suroriental.
Rostros de mujeres valerosas encontramos en todas la esferas de la sociedad cubana y uno de ellos resulta el de la fiscal del municipio Contramaestre, Idilia Espinosa Corría, con 35 años de labor, de ellos 23 como jefa, en un órgano donde el 80 por ciento (%) de sus féminas son cuadros.
Cuando los hermanos llevaron al padre al hospital, la llamaron para que acudiera a cuidar al anciano, que hasta sus 82 años había asombrado por la vitalidad a cuantos le conocían. Más allá de la hipertensión y algún que otro achaque, el abuelo no se quejaba de nada y todavía era útil en el campo.
Yo no le conocí ni siquiera estaba nacida cuando su desaparición física; sin embargo, lo sentía cercano. Crecí con el deber de llevarle flores cada 28 de octubre, motivada por las clases de Historia que exaltaban su figura y coraje, participando en cuanta conmemoración, homenaje y acto se realizara en su nombre.
Han pasado 64 años desde aquel octubre triste en que toda Cuba supo de la desaparición del Comandante Camilo Cienfuegos, el hombre de 27 años que se había convertido en una de las figuras paradigmáticas de la naciente Revolución, el
Señor de la Vanguardia.
Llegado a Cuba al inicio de la conquista, el machete ha sido algo más que un instrumento de trabajo en la historia de la isla y probablemente la prueba más fehaciente sea la primera carga con esa arma hace 155 años.