Frank, que es uno de los jóvenes más inteligentes e íntegros de su generación, verdadero gigante santiaguero en el combate frontal contra la tiranía de Fulgencio Batista, nació el 7 de diciembre de 1934 en la casa pastoral de la Primera Iglesia Bautista, en Santiago de Cuba.
Siempre, desde la creación del templo, en su interior ha estado el recinto como vivienda para el Pastor. Y allí vivía el matrimonio formado por el Reverendo Francisco País Pesqueira, al frente de la iglesia, y Rosario García. Allí nació Frank.
Cuando en 2014 se cumplieron 80 años del natalicio del destacado revolucionario y bautista, fue colocada una tarja de bronce en la iglesia, para perpetuar la fecha ante las nuevas generaciones. Ahora, cuando Frank hubiera cumplido 90 años, continúa la veneración del pueblo, de la ciudad por la memoria de uno de los jóvenes más queridos en Santiago de Cuba y en toda Cuba.
El hombre, la mujer, el adolescente, el niño, que caminan por Enramadas en esta incansable Santiago de Cuba, pasan, se detienen ante la tarja, leen, y evocan al combatiente clandestino martirizado en el Callejón del Muro. Y así, en el silencio de la lectura, le rinden tributo.
La Lic. Meiser Martín Martínez, directora de la Casa Museo Frank País, calificó a Frank “como hermoso símbolo de continuidad”, porque su nacimiento ocurrió el mismo día de diciembre en que 38 años atrás, entonces, otro santiaguero: el Titán de Bronce, había caído en combate contra el colonialismo español en el Cacahual.
“Es uno de los jóvenes revolucionarios más distinguidos, de la última etapa de lucha de la Revolución”; “Un héroe de todos los tiempos” fueron calificativos que usó Martín Martínez al esbozar la figura de quien pese a sus solo 22 años, era ya el Jefe de Acción y Sabotaje del M-26-7 y con su indiscutible carácter de mando y de organizador, alzó en armas a Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, en apoyo al desembarco del “Granma”.
Para los santiagueros, y para todo el que visita la ciudad y transita por Enramadas, la tarja de bronce (obra del artista Julio César Carmenate) en el Templo Bautista establecido allí en 1900 y con entrada entonces por esa concurrida vía, ha devenido homenaje perenne a Frank.
Para el Pastor Hermes Lavastida Alfonso, de la Convención Bautista de Cuba Oriental y al frente del Centro Lavastida, es un honor hablar de Frank País en el que sería su 90 cumpleaños.
Lavastida Alfonso cita proverbios muy usados en el medio eclesiástico, y fuera de este también, que ponderan cómo la correcta formación de las niñas y los niños por los padres, le servirán de mucho a los pequeños cuando lleguen a la adultez, Y añade:
“No cabe la menor duda de que Francisco País (Pastor de la Iglesia Bautista) y Rosario García supieron poner este principio en práctica, cuando valoraron la vida no solo de Frank sino de Josué y Agustín, y hasta de Sara, la hermana de Frank del primer matrimonio del Reverendo, del cual enviudó”.
Abundó en el tema y al aludir otros textos, refirió que en ocasiones el proceder de las hijas y los hijos no siempre reflejan la educación recibida de los padres. Pero en el caso de Frank País García sí se cumplió la enseñanza del proverbio, dijo, pues fue un hombre que desarrolló una vida ejemplar y heroica.
“Llamar esta ´la casa natal de Frank´ significa mucho más que el hecho de que naciera aquí… Lo que trasciende son los cinco años que vivió en la casa pastoral de la Primera Iglesia Bautista, bajo la educación de ese padre y esa madre tan valiosos, y también la formación integral que recibió de la vida de esta iglesia”.
Recordó Lavastida, palabras de Waldo Leyva en su poema titulado Por Frank: ´Y todo llegó a Frank desde la cuna, porque para el niño de cinco años no hubo muerte: su padre se lo bajó del hombro, lo puso sobre la tierra, y lo empujó suavemente, y se sentó a la orilla del camino´.
Explicó el Pastor, que la muerte del Reverendo Francisco País cuando Frank tenía cinco años, no detuvo el proceso formativo, continuado de manera ejemplar por Doña Rosario, pues ella y sus tres hijos siguieron vinculados a la vida de la congregación, desde su nueva casa en la calle Bandera.
Recordó, cómo al ser bautizados los tres hermanos el 1 de septiembre de 1948, Frank tiene 14 años y es significativo –apunta Lavastida- que el certificado de bautismo, que está en exposición en la casa museo, tiene las firmas del Reverendo Mario Casanella Aranda y de Oscar Lucero como testigo de ese bautismo.
Nacido en Palmarito de Cauto, el 28 de abril de 1928, Oscar Lucero Moya, bautista y destacado luchador revolucionario contra la tiranía batistiana, es conocido como el mártir del silencio, por su resistente lealtad, ya que apresado y torturado sin límite por sicarios del tirano, de los labios de Oscar no salió una palabra que comprometiera a sus compañeros de lucha.
“De esa manera se unieron estos dos próceres de la Patria”, apuntó Lavastida.
En el colegio Martí, en el Templo Bautista, donde Frank hizo la Enseñanza Primaria, el programa pedagógico incluía la celebración de todas las fechas patrióticas cubanas. Por eso llegó a ser Frank un firme martiano.
Y al respecto, Hermes calificó a Frank como un puro criollo así como Martí: el padre y la madre españoles, pero amando y luchando por su Patria cubana.
Recordó al joven revolucionario predicando ante los pacientes en el hospital Saturnino Lora; cantando como tenor en el coro de la Iglesia Bautista, y luego para no ser tan visible en el centro de la ciudad, al frente del coro en el Templo Bautista de El Caney.
“La preparación recibida en aquellos primeros años de su vida, lo pusieron sobre la tierra de su propia Patria –señala Lavastida-, hasta convertirlo en un mártir de la Revolución.
“… Frank hubiera cumplido 90 años; celebramos que no abandonó el camino enseñado. Y que por el contrario lo vemos siempre joven, siempre fiel, siempre útil; siempre revolucionario, siempre cristiano”, sentenció el Pastor Hermes Lavastida.
Ayer sábado 7 de diciembre, en Santiago de Cuba hubo homenajes a la memoria del jefe de Acción y Sabotaje del M-26-7 en el cementerio Santa Ifigenia, en la casa museo de la calle Bandera, y en Enramadas, frente a la tarja de bronce que conmemora el natalicio del más querido de los jóvenes santiagueros, se reunieron representaciones del Partido, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, de la Iglesia Bautista, del Centro Cristiano Lavastida, del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, y Orlando Corales, Pastor de la Fraternidad de Iglesias Bautistas y biógrafo de Oscar Lucero… entonces resonaron en la céntrica vía, primero el Himno Nacional y luego el himno “Brilla en el sitio donde estés”, sin duda entre los preferidos de Frank.