Proveniente del Centro Mixto Lorenzo de la Rosa Casas -ubicado en el Consejo Popular Los Negros, Contramaestre-, una pequeña pero destacada institución educativa, Mariángel logró lo que muchos sueñan: alcanzar la puntuación máxima -100 puntos- en las tres pruebas de ingreso a la Educación Superior, convirtiéndose en una de los 27 estudiantes que alcanzaron este mérito en nuestra provincia.

Desde pequeña, mostró un amor especial por los números y los idiomas. “Las Matemáticas y el Inglés siempre me atraparon. Había algo en ellas que me retaba a ser mejor”, dijo con timidez, pues aún no se acostumbra a que le hagan tantas preguntas. Su talento no pasó desapercibido, compitió en concursos de conocimientos a nivel provincial y nacional, obteniendo medallas de oro y plata en Matemáticas, Inglés, Español y Química.

Pero su mayor orgullo no es solo su éxito individual, sino el colectivo. “Mi grupo de 12mo grado tenía 27 estudiantes, y 9 nos presentamos las pruebas. Todos aprobamos las tres asignaturas, lo que permitió a mi centro obtener el 100% de aprobados por quinto año consecutivo”, expresó con orgullo. Un logro que atribuye a la dedicación de sus profesores: “La preparación fue sólida, desde que empezamos el preuniversitario. Los maestros dieron todo, incluso después de las pruebas finales, organizando clases de lunes a viernes desde las 7:30 a.m. hasta el mediodía”.

El día de los exámenes, los nervios no faltaron. “Me puse muy tensa, pero al mismo tiempo me sentía segura. Sabía que estaba preparada”, recordó. Cuando recibió la noticia de sus resultados, la emoción la invadió: “Fue una euforia indescriptible. Mi familia lloró de alegría y orgullo”.

Su mérito no solo resonó en el municipio, sino que llegó hasta la Primera Secretaria del Partido en la provincia, Beatriz Johnson Urrutia, con quien intercambió. “Fue un honor representar a Contramaestre, a mi escuela y a mis compañeros. Una experiencia que nunca olvidaré”, afirmó.

Con la meta universitaria cumplida, Hernández Suárez eligió la carrera de Turismo. “Quiero ser una profesional que contribuya al desarrollo del país y que ayude a crecer a Cuba”, explicó.

A los estudiantes que hoy transitan el mismo camino, les deja un mensaje claro: “Con voluntad, esfuerzo propio y constancia, sí se puede. No hay sueño imposible cuando se trabaja con pasión”.

En un rincón de Cuba donde la educación es sinónimo de sacrificio, empeño y constancia, Mariángel demuestra que, con talento y perseverancia, hasta las cumbres más altas pueden alcanzarse.