Santiago de Cuba,

El arte del tabaco y sus artesanos

29 May 2022 Escrito por 

A las 6:00 a.m. el tambor o mesa de trabajo ya ha sido ocupado. La chaveta o el instrumento con el cual se corta la capa, dispuesto a iniciar. Se revisa la prensa o moldes, se voltean los tabacos, pasan, se llenan a mano, y el día termina con el cumplimiento de la norma.

Detrás del buen resultado está la fuerza de manos hábiles y brazos emprendedores que levantan las tablas. La belleza y el gusto al paladar o el aroma, se llaman Cohíba, Montecristo, Romeo y Julieta Churchills, de base de hojas para la exportación mediante la compañía Habanos, S.A.; o los Peticetros (forma pequeña y fina), Cremas (larga y menos delgada), Brevas (más gruesa de ancho, término medio el tamaño), elaboradas a partir de la picadura con destino al consumo nacional.

Sus autores pertenecen a la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Tabaco Torcido, ubicada en el complejo Celia Sánchez Manduley de la provincia, subordinada a la Empresa de Acopio, Beneficio y Torcido de Tabaco Santiago de Cuba. Al conmemorarse este 29 de mayo el Día del Trabajador del sector tabaquero, Sierra Maestra dialogó con los integrantes de su colectivo.

El aroma de la tradición

Con más de 64 matices de colores en la práctica según comentan sus especialistas, el tabaco sella en quienes lo forjan, un olor fuerte, característico de la hoja de la planta con la cual se confecciona el producto. De esta esencia se impregnan las ropas, para integrarse a la personalidad que distingue a sus artesanos.

“Los tabacos tienen venas, pues su esencia son hojas, mientras más lisa la cara que se exponga, mejor”, comentan para socializar el saber acumulado en años de labor. Una de las cualidades de los tabaqueros, la experiencia, y el hecho de que exista una tradición familiar para la continuidad:

“Era trabajador de la Textil, y al quedar sin empleo tras su desaparición, me convocaron a pasar un curso de tabaco.     -Abel Delisle Mayeta, torcedor- Me gustó desde la incorporación a este, y cada vez me atraía más. De eso ya hacen 22 años de desempeño ininterrumpido. Mi día a día es cumplir diariamente con la norma, y hacerlo con entrega. Lo que realizamos es una obra artesanal”.

Raisa Quindelán Jeres, torcedora de exportación: “Desde que nací tuve a la fábrica tabaquera justo detrás de la casa. Mi madre está retirada, pero inició aquí a los 17 años, y fue profesora de nuestra escuela en la fábrica. Aún hay días en que viene a ayudarme con las tareas. Cuando ella tenía 19, me tuvo a mí. Esa pasión me impulsó a iniciar a las 6:00 p.m. todos los días en el curso de tabaquera de consumo nacional. Al desarrollarse el país se necesitó más especialistas para la elaboración del producto, pero de exportación.

“La fábrica más grande que teníamos aquí desaparece, y nos volvimos a capacitar para el nuevo reto. A eso me dedico ahora. El trabajo de tabaquero tiene que gustarte mucho, por eso siempre se dijo que esto era una tradición muy familiar, porque es una manualidad dura, en la cual uno debe poner mucho empeño. El tabaco de exportación lo exige más”.

Y si de tradiciones se trata al interior de las cinco áreas de producción, se vive una práctica exclusiva y cubana que alza al país, como el único en el mundo que mantiene al personaje de lector de tabaquería. Actividad que se introdujo en el año 1865, y cuyo primer ejemplo fue en la fábrica del catalán Jaime Partagás en el 66ʼ.

La actividad de los trabajadores era monótona. Laboraban sin más motivación y retornaban a sus hogares, repitiendo este proceso cada día. La solución, también con la finalidad de instruir en el oficio y otros temas, fue la de seleccionar a uno de los tabaqueros que tuviese mejor dicción y preparación escolar, para la lectura de los periódicos de la época a sus compañeros, así como de las novelas de talla universal.

Los pasajes históricos nos revelan a varios lectores de tabaquería, como el Apóstol José Martí, en Tampa, Lázaro Peña y César Escalante. Actualmente, en la UEB de Tabaco Torcido, llega el testimonio de Yoryana Pilar Batles Rosales:

“Comencé en el año 1998 como lectora de tabaquería. Al principio hacen pruebas durante una semana. Cuando te van a aprobar, los tabaqueros aplauden con la chaveta por encima del tambor, cuando no le gusta, lo hacen por debajo.

“Me dedicaba a leer el periódico y la novela durante dos horas en el día, una por la mañana y otra por la tarde. Los primeros 30 minutos se daba la noticia. Cuando no había novela, las sustituía por Bohemia, Pionero, Somos Jóvenes, resoluciones, de esta forma capacitaba a mis compañeros, para que estuvieran bien adiestrados en los funcionamientos del tabaco.

“Por eso dicen que los tabaqueros son los mejores adiestrados e informados en el país. La magia que yo sentía y todavía percibo es el gusto por leer. Durante casi 18 años estuve al frente de esa labor, y luego me convertí en operaria, porque pasé un curso como anilladora (colocar anillas según la medida) de consumo nacional. Ahí me gradué, y seguí trabajando. Cuando la fábrica pasa a exportación, me volví a superar para esta función”.

Una habilidad de perfección

“Parejas, ni altas ni bajas, a la medida, o acomodarlo al tacto, todos parejos, 2.5 cm es la medida. Cada caja contiene 1 200 tabacos, y se montan de 3 a 4, se envasan, y se empaquetan con el papel de envoltura. Cada maso trae 25”: descripción de la exquisitez con que se elabora el tabaco en Santiago, y que exige de habilidad, calidad, destreza, y eficiencia.

En este sentido, Jorge Orestes Águila Machado, oriundo de Villa Clara, y quien hace 30 años reside en el territorio, compartió que:

“Desde el año 1998 estoy aquí, como escogedor de colores, o clasificación de las tonalidades de los tabacos, de oscuro a claro. Para eso contamos con una gran mesa y lámpara que ilumina los matices. Los seleccionamos, agrupamos, sacamos los rotos y manchados.

“Identificamos los mejores, las capas, la uniformidad del color, y vamos extrayendo por cantidades. Lo envasamos, extraemos los 13 mejores que van en la camada (o sección) de arriba, y los 12 con algunas imperfecciones abajo, para trabajarlos. Luego se prensa en una forma poliédrica, y en la posición que se acomodó. Y finalmente el anillado”.  

Un placer que da vida a la industria cubana, y ubica al referente por todo lo alto a nivel internacional. En Santiago de Cuba los trabajadores tabaqueros de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Tabaco Torcido dan fe de esta verdad que ellos bien representan, y los hacen dignos merecedores de homenaje en su Día este 29 de mayo.

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M.Sc. Milagros Alonso Pérez

Licenciada en Periodismo. Máster en Estudios de Lengua y Discursos. Graduada de los posgrados de Gestión, Redacción y Publicación de Artículos Científicos en Ciencias Sociales y Humanísticas y de Gestión de Redes Sociales. Profesora Instructora de la Universidad de Oriente. Periodista del Sierra Maestra.

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Comentarios

  • Jorge Orestes Aguila Jorge Orestes Aguila Sunday, 29 May 2022

    Bueno tú comentario sobre el arte del tabaco gracias Excelente

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