Lo primero fue la ejecución de un diagnóstico de la ciudad, con vistas a trazar medidas hasta el 2035 para dar respuesta a los problemas, de ahí que tiene en cuenta las proyecciones económicas del país y la provincia.
Se había efectuado por última vez en el año 2013 tras el paso del huracán Sandy; y tuvo un carácter emergente, ya que atendió situaciones complejas que surgieron a raíz del evento.
Según precisó la Arquitecta M.Sc. Carmen Calderín Medina a Sierra Maestra, el actual proyecto se encuentra en la etapa de avance con perspectiva estratégica, que aplica la ciencia e innovación, fija una visión técnica del entorno citadino, es decir, realista; analiza los escenarios y pauta las tareas para solucionar o mitigar los problemas:
“En diez años se ha revitalizado la calidad urbanística y al tiempo se vivió un cambio drástico con la pandemia y la crisis económica. Este plan tendrá una visión holística para la evaluación de diferentes temas. En 2013 lo predominante era la vivienda, ahora urge el ordenar a los nuevos actores económicos. Las carencias han incidido de forma negativa en el manejo medioambiental, con los microvertederos, otro tópico de interés”.
La especialista apuntó, asimismo, que dicho plan se confecciona de manera participativa, con la realización de talleres técnicos que involucran a instituciones como la Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente -con la que se hizo un convenio de colaboración-, organismos del territorio y al Gobierno, para enriquecer los resultados.
Aunque el diagnóstico es aún carente de elementos cuantitativos para establecer comparaciones, sí presenta el mayor número de percepciones.