Santiago de Cuba,

Baconao camino a la adaptación ante el cambio climático

16 December 2024 Escrito por 
De la autora

El cambio climático es un fenómeno que cada día está más latente en nuestra vida y comunidades. Fluctuaciones en la temperatura media, eventos hidrometeorológicos extremos, sequías más intensas y prolongadas en el tiempo, tormentas locales severas y lluvias torrenciales, entre otros, dan fe de la importancia de adoptar medidas para su enfrentamiento.

En este sentido, el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco) termina este año un proyecto del Programa Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, cuyo objetivo es fortalecer los sistemas sociales y ecológicos de la Reserva de la Biosfera Baconao, mediante la adaptación al cambio climático, utilizando los servicios que los ecosistemas aportan a las personas.

De esta forma se tributa a las acciones del Plan de Estado “Tarea Vida”, y se contribuye además a dar cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecido por las Naciones Unidas, y adoptados por Cuba en el Plan de Desarrollo Sostenible hasta el 2030.

El Dr. C. Arturo Salmerón López, director de Conservación y Manejo de la Biodiversidad en Bioeco y jefe del proyecto, explicó que la principal área de actuación es la Reserva de la Biosfera Baconao, declarada por la Unesco en 1987, la cual abarca más del 60 % del municipio Santiago de Cuba y posee un elevado nivel de biodiversidad. Es en estos sitios donde se ponen en práctica modelos de desarrollo sostenible en concordancia con la protección del medio ambiente.

“El proyecto nacional Resiliencia al Cambio Climático permitió determinar vulnerabilidades y analizar escenarios previsibles para definir cuáles son los riesgos a los que estarán expuestos esas poblaciones y ecosistemas, para de conjunto con las comunidades, trazar medidas y definir planes de acción para la adaptación a esos escenarios y fortalecer la respuesta a los fenómenos esperados del cambio climático”, destacó Salmerón, quien también es coordinador de la Junta de Administración de la Reserva de la Biosfera Baconao.

Tiene una contraparte internacional que se desarrolla en tres países del área del Caribe: República Dominicana, Haití y Cuba, financiado por la Iniciativa Internacional del Clima (Iki) de Alemania, así como Agro Acción Alemana y la Fundación para la Conservación del Bosque Tropical (Oro Verde), también de ese país.

En el territorio nacional, a parte de Bioeco, participan otras entidades como el Centro Meteorológico Provincial, encargado sobre todo de aportar información sobre la variabilidad climática de los últimos años en la Sierra de la Gran Piedra y el Centro de Estudios Forestales de la Universidad de Pinar del Río, para el comportamiento de los bosques.

La comunidad y sus pobladores son, por supuesto, los principales entes del proyecto, junto a la presidenta del Consejo Popular Siboney, representante del gobierno cubano, encargados de aplicar las medidas y desarrollar todas las acciones.

En este sentido, se ha trabajado e interactuado con los habitantes de Las Guásimas, Carpintero, El Sapo, El Refugio, La Caridad y la Gran Piedra, siendo esenciales para el éxito de las actividades.

“Los mismos comunitarios, de conjunto con nosotros han ido identificando las vulnerabilidades que tienen tanto en el orden socioeconómico como ecológico", dijo Salmerón.

“En lo ambiental, los problemas están relacionados con la deforestación, el agotamiento de los recursos hídricos en las áreas, el secado de muchas de las corrientes fluviales, el agotamiento de las fuentes de aguas subterráneas, pozos que se ha salinizado, problemas relacionados con la cobertura de las fajas hidroreguladoras de los ríos y arroyos, entre otras.

“Desde el orden socioeconómico, problemas con la capacidad productiva de los suelos, la disminución de las producciones locales a partir de una sobrexplotación o degradación de los suelos, o técnicas que no son amigables con los recursos naturales, comentó.

“Pero sin dudas uno de los resultados fundamentales es el empoderamiento de la comunidad para definir cuáles son las potencialidades que cuentan en el interior de sus hábitats para enfrentar esas vulnerabilidades y riesgos, y así poder ser más resilientes al cambio climático.

“De estos diagnósticos se realizó un Plan de adaptación al cambio climático que será implementado en estos sitios en una segunda fase del proyecto”, destacó Salmerón.

Garantizar la sostenibilidad de las acciones y llevar estas experiencias a otros campos de Cuba constituye el reto mayor de estos investigadores que buscan la supervivencia de las personas a través del desarrollo sostenible en armonía y sirviéndose de la naturaleza.

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Yanet Alina Camejo Fernández

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