Cierto es que cárnicos, viandas, vegetales, hortalizas y otros muchos productos, colman la explanada de 'Céspedes' a ambos lados, donde se emplazan cooperativas de créditos y servicio, de producción agrícola y Unidades Básicas, empresas de otros municipios y de la provincia; usufructuarios y propietarios de tierras, y se suman, además, trabajadores por cuenta propia, autorizados para tales fines. Todos respondiendo al sistema organizado por el Gobierno para que a la familia santiaguera le llegue estas ofertas libres del precio de los intermediaros.
En visita reciente al escenario de la Feria, Luis Ferrera González, presidenta de la Cooperativa de Crédito y Servicio José Martí, de Laguna Blanca, resaltó que: “es una oportunidad para el productor vender algo que es resultado de su trabajo, y para la población es tener a su alcance alimentos que necesita; pero nadie imagina todo el sacrificio que se hace, porque ya no hay tracción animal y carecemos de combustible para los tractores y los motores de riego que utilizamos para la siembra de hortalizas.
“Si no tuviéramos esa dificultad, podríamos ofertar muchas más cosas. No obstante, nos satisface contribuir a aliviar las necesidades de la población con productos ajustados a precios asequibles. Estamos haciendo lo imposible para no faltar los sábados, también se impone asegurar el apoyo de las autoridades del orden público para que las ventas fluyan mejor, sin ningún tipo de desvío”.
Si bien es cierto que los resultados, en sentido general, son positivos, porque los que allí acuden regresan a sus hogares con soluciones alimentarias; también se requiere de mayor ordenamiento al momento de las ventas y en la regulación de los precios.
Sucede que los productores se instalan con sus camiones, repletos de ofertas de mucha demanda y se forman aglomeraciones, que lastran el necesario orden y, por consiguiente, afecta la venta, da lugar a indisciplinas, falta de control y en el peor de los casos hasta sustracciones.
Y aunque es un problema ajeno a los propósitos de la Feria y a sus indiscutibles valores; es un problema soluble, que precisa de un mayor actuar de los agentes de orden público, del cuerpo de inspectores y de todos los involucrados en la Feria.
En relación con los montos establecidos Ana Deysi Gorina Lora, vice intendente del Poder Popular en el municipio de Santiago de Cuba, explicó que funciona el Comité de Contratación, donde se analizan los costos y los precios, en relación con el nivel de las cosechas. “El tomate, por ejemplo, se vendió en el pico de la cosecha a 25.00 pesos la libra y ahora que disminuyó, está a 50.00; además es un producto de mayor tamaño. Es decir que cuando se está retirando el nivel de la colecta, aumenta el precio. Puede suceder que el producto tenga un valor en Santiago y en otros municipios difiera, a partir de los lógicos gastos de la transportación. Y hay otros factores que inciden como el uso o no de fertilizantes en la semilla, y los gastos por la procedencia.
“Estamos conscientes de que los precios no siempre se corresponden con el poder adquisitivo de muchos. Las dificultades económicas están presente, pero no nos cansamos en la búsqueda de soluciones. El empeño es lograr el incremento de las producciones agrícolas con unidad y audacia”.
Lo cierto es que la Feria es una opción importante, que ya exhibe resultados y los responsables mantienen el propósito de seguir perfeccionándola para bien de la población, a ultranza de cualquier obstáculo. Resta el desafío de mantener los niveles productivos y organizar mejor las ventas para una satisfacción superior.