Una ofrenda floral a nombre del pueblo de Cuba fue depositada en el monolito que asemeja un grano de maíz y donde cabe toda la gloria del mundo.

Las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en el territorio, José Ramón Monteagudo y Manuel Falcón, encabezaron el tributo, que estuvo acompañado por el joven Fidel Antonio Castro Smirnov, nieto de Fidel.

Como cada día y en especial en cada aniversario, se realizó la guardia de honor que protagonizaron los cadetes de la unidad militar del camposanto santiaguero, matizado en esta ocasión por el concepto de Revolución en la voz del Comandante en Jefe.

Al igual que hace siete años -cuando el pueblo de Santiago de Cuba acompañó el cortejo fúnebre que trasladó las cenizas del líder hacia el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia- combatientes, trabajadores y estudiantes peregrinaron por la Avenida Patria, desde la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo Grajales hasta la necrópolis, encabezados por José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido en la provincia, el vicegobernador Manuel Falcón Hernández, altos oficiales del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, así como dirigentes de las organizaciones políticas y de masas.

Junto a los santiagueros marchó el Dr.C. Fidel Antonio Castro Smirnov, asesor de la Cátedra honorífica para el estudio de la obra y el pensamiento de Fidel Castro, de la Universidad de Oriente, y profesor titular de la Universidad de La Habana. Su tributo al hombre que representa la expresión más alta de pensamiento y acción en la historia de Cuba, tiene un significado especial.

"A pesar de la añoranza, hoy venimos con la inmensa alegría de traer a Fidel con nosotros en nuestras emociones, en nuestros sentimientos y en nuestros pensamientos. Siempre conmueve percibir aquí la cercanía física de Fidel, y recibir el cariño de todo el pueblo cubano, dignamente representado por el rebelde, heroico y hospitalario pueblo de Santiago de Cuba. Venimos a recibir su fortaleza y la inspiración que siempre nos dio y siempre seguirá dándonos", afirmó.

De las motivaciones para participar en el multitudinario homenaje, habló a Sierra Maestra el joven Israel Calderín Calzadilla, profesor de la Universidad de Oriente.

"Estar aquí es una reafirmación de nuestro compromiso con el legado de Fidel. Hace siete años que de esta misma plaza salió una multitud emocionada acompañando las cenizas del Comandante hacia el cementerio Santa Ifigenia, para su descanso eterno.

"Desde entonces, cada 4 de diciembre reeditamos esa peregrinación en representación de toda Cuba para patentizar que Fidel nos alienta en esta batalla cotidiana que cada día es más compleja. Su fe en la victoria y su optimismo constituyen una enseñanza perenne para afrontar las más difíciles circunstancias", aseguró.

Hace 12 años, a Antonio Samuel Matos Díaz le corresponde la honrosa misión de trabajar, primero en la creación y luego en la preservación del conjunto monumental que atesora las cenizas de Fidel.

"Esta peregrinación confirma la vigencia del Comandante en Jefe en el pueblo. Fidel vivirá siempre entre nosotros. Y hoy, en el séptimo aniversario de su desaparición física está marcha demuestra la fortaleza de la Revolución aún en los momentos difíciles que enfrentamos.

"En estos años de entrega a la labor en el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, la mayor motivación ha sido mantener la belleza y el símbolismo de ese lugar sagrado de la Patria, para que su ejemplo nos siga guiando. Ese es mi mayor homenaje", dijo.

Al llegar a la necrópolis santiaguera, miles de personas colocaron rosas frente al sepulcro, en un desfile que parecía interminable, lleno de colorido e imágenes de quien es considerado el estadista más importante del siglo XX latinoamericano.

Su heroica y entrañable ciudad, la misma que lo vio victorioso plocamar el triunfo de la Revolución desde el balcón del Ayuntamiento el 1° de enero de 1959, sigue abrazando sus ideas y sus luchas.