Esta fue una extraordinaria obra del pintor Osvaldo Guayasamín, un gran admirador de la Revolución cubana y de su líder, y que dejara de existir el 10 de marzo de 1999. Con su presencia, el líder histórico cubano también cumplimentaba una invitación de Gustavo Novoa Bejerano, presidente saliente de ese país. Junto a él viajaron 31 artistas de la plástica cubana, convocados para pintar, desde esa misma entidad, obras que integrarían el patrimonio de la Capilla.
El Comandante en Jefe había visitado la nación andina en diciembre de 1971 y luego en 1988. En 1983 se inauguró la Casa Guayasamín en el Centro Histórico de La Habana, acto en que estuvo presente el líder cubano. En esa ocasión el artista ecuatoriano, en 20 minutos, le realizó a Fidel el primero de los cuatro retratos pintados al entrañable amigo.
Recuerdo que la visita del Jefe de la Revolución cubana a Quito tuvo una amplia repercusión en todos los medios de prensa nacionales y extranjeros acreditados, en los cuales resaltaban comentarios de que nunca antes un mandatario de visita en ese país había recibido tantas demostraciones de cordialidad y aglomeraciones de personas, quienes lo aclamaban, “Fidel, Fidel”, y reiteraban “Cuba unida jamás será vencida”.
También los medios de prensa destacaron la multitud de personas que lo esperaban en el Hotel, ubicado en la Avenida 10 de octubre, una de las más importantes de la ciudad, generando con ello un permanente embotellamiento del tráfico. Así también sucedió con su llegada a la Plaza de la Independencia, frente al Palacio de Carondelet, sede del gobierno.
Para la inauguración de esta importante obra, Quito contó con otro invitado especial, Hugo Chávez Frías, quien desarrollaba su primera visita oficial a ese país, aunque en julio de ese propio año había participado en Guayaquil en la II Cumbre Sudamericana de Presidentes.
Allí el mandatario venezolano postuló un Fondo Humanitario Internacional para financiar a los países más pobres, obras de desarrollo en base a un porcentaje de las deudas externas.
Como parte de la agenda oficial, Fidel junto a su entrañable amigo Chávez rindieron tributo al Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, héroe de la independencia ecuatoriana, con la colocación de dos ofrendas florales y una placa conmemorativa.
En su calidad de Invitado de Honor, Fidel realizó el discurso en el acto inaugural de la Capilla del Hombre, donde rememoró los encuentros con su amigo Guayasamín, y destacó su nobleza, transparencia y calidad humana.
Dijo que podía dar fe de quién era el artista, de su valentía y de la ira del imperio por su compromiso social como hombre de vanguardia, siempre junto a los humildes de la tierra.
El Comandante en Jefe recordó las palabras del entrañable, “no moriremos, no moriremos”, afirmando que con ello daba fe de las palabras de Guayasamín, confesando haber tenido la ventaja de su amistad y “tengo hoy el privilegio de este día en que, por el empeño de muchos, su más preciado sueño se convierte en algo tangible y real”.
Fidel junto a Chávez y figuras del gobierno ecuatoriano participaron en el corte de la cinta colocada en la entrada del Museo que dejaba abierta al público la gran instalación cultural y visitaron la Casa Guayasamín, donde depositaron una ofrenda floral en el Árbol de la Vida, lugar donde reposan las cenizas del pintor ecuatoriano.
La Capilla del Hombre -museo de arte construido por iniciativa del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín en homenaje al ser humano-, es un conjunto arquitectónico y cultural declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y a Cultura (Unesco) como un proyecto prioritario de la humanidad.
Posee más de dos mil obras del pintor ecuatoriano, colocadas en espacios que evocan las diferentes etapas de la Historia de América Latina. En una segunda etapa se incluirían obras de otros artistas iberoamericanos.
Antes de concluir su visita, el líder histórico de la Revolución fue declarado Huésped ilustre de Quito, recibiendo la llave que así lo acreditaba y en la propia ceremonia entregó al alcalde de la capital andina una réplica en bronce de la estatua del Héroe Nacional José Martí, similar a la que identifica la Tribuna Antimperialista en el Malecón de Ciudad de la Habana.