Según informó el sitio de la Cancillería de la mayor de las Antillas, el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío Domínguez, presidió la delegación cubana mientras que Eric Jacobstein, subsecretario adjunto de Estado del Buró de Asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado, encabezó la estadounidense.
Señala la nota que Cuba significó, con particular énfasis, el impacto negativo que el bloqueo económico de los Estados Unidos y las medidas de reforzamiento extremo aplicadas desde 2019 ejercen sobre las condiciones socioeconómicas de la población cubana, y como ello se traduce en un importante estímulo a la migración irregular.
El trato preferencial que reciben los cubanos que entran de manera irregular en el territorio estadounidense y la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano fueron igualmente presentados como factores de estímulo a la migración irregular.
Los representantes de Cuba reiteraron el rechazo al otorgamiento de asilo político en los Estados Unidos a los autores secuestros de aeronaves cubanas e insistieron en que la impunidad ante acciones de esta naturaleza se convierte en estímulo a actos ilícitos similares con consecuencias peligrosas para la seguridad aérea y la seguridad nacional de ambos países.
La delegación cubana reiteró, además, la necesidad de que se restablezca en la Embajada estadounidense en La Habana el procesamiento de visas de no inmigrantes.
Asimismo, Cuba enfatizó en la importancia del cumplimiento de los acuerdos migratorios bilaterales en su integralidad y no selectivamente.