Los dirigidos por el estratega Abeisy Pantoja tienen la gran final a punto de caramelo (tres victorias por cero, en un pareo al mejor en siete desafíos). Y en honor a la verdad, por lo visto sobre la grama del estadio Julio Antonio Mella y la del “Latinoamericano”, no tiene mucha pinta de que a los Industriales de La Habana les quede algún as bajo la manga en su repertorio para detener a los del Balcón del Oriente Cubano.
Después de cuatro años, un cambio de ciclo de jugadores y directivos, además de diversas bajas en las distintas áreas, los Leñadores estaban, al cierre de esta edición, a un paso de su segunda corona en series nacionales.
“El hecho de una posible victoria cuatro a cero no significa que haya sido fácil, sino que no les hemos dado chance a los rivales. Eso trataremos de hacer, rematar lo más rápido posible, gracias a una nómina bastante unida y con ansias por el triunfo”, reconoció el mentor Pantoja tras silenciar el “Latino” con la tercera sonrisa de los orientales.
Sobre las tensiones que rondan los pensamientos en circunstancias de altos riesgos y escasos segundos, Abeysi, desde su postura de novato en el alto mando, reconoció que “si dijera que no existe presión mentiría. Ahí está, incluso para los que tienen experiencia, más aún para mí que hago mi debut como director, aunque he estado como coach en otros torneos. Ganar el título es lo que anhela cada manager y como cada vez estamos más cerca, la sentimos con mayor fuerza. Ante eso opto por meditar, pensar y encontrar la calma porque de alguna forma va a llegar y no puedo transmitir desespero a los atletas. También tenemos el apoyo del sicólogo, quien nos ayuda mucho en ese sentido”.
Individualmente, me gustaría hablar de la labor del lanzador Keniel Ferraz, convertido en un antídoto para todos los males de los tuneros. El diestro respondió de la mejor manera para concretar otro relevo de garantías y, al mismo tiempo, igualar la marca de seis sonrisas en play-offs del pinareño Yosvani Torres.
“Para mí es un orgullo alcanzar el récord de victorias en la postemporada. Desde los entrenamientos me preparé bien para obtener triunfos para el equipo, que es lo fundamental. Me dieron la confianza necesaria”, confesó el joven pitcher.
Los tuneros buscaban dar la estocada final en la cuarta porfía, para ello dependían del líder de la rotación Alejandro Meneses, mientras Guillermo Carmona apeló a Reemberto Barreto para preservar “esperanzas azules” en una final completamente teñida de verde y rojo.
¡Cómo me hubiese gustado ver a las Avispas en ese duelo por el escaño más alto! Pero nada, los muchachos de Cajigal nos dieron tremenda alegría, tras ganar una medalla que no se lograba desde hace más de una década. Y Las Tunas tomará el testigo de los Alazanes granmenses para mantener al Oriente cubano como el epicentro de la pelota en la mayor isla del Caribe. ¿Qué más le podemos pedir a esta 62 Serie Nacional?