Daismel, que en la década de los años 90 del siglo pasado fue atleta de los 100 y 200 metros planos en el equipo nacional, ejercitaba a un grupo de mujeres del reparto López Peña desde hace varios años; pero según comentó a Sierra Maestra “me motivé con el paso del tiempo y aglutinamos a más de 40 practicantes luego de cumplir con mi horario laboral. Así fue como comenzamos a utilizar el terreno del estadio Alberto Fernández para la gimnasia y un local de mi casa para los masajes reductores que contribuyen a la eliminación de las grasas”.
El especialista explicó además que: “Con esta actividad aplico los conocimientos adquiridos en la carrera, que no por gusto se llama Ciencias de la Cultura Física y el Deporte. Ahora, con el horario normal, no asisten tantas personas como antes, pero siempre resultan atractiva la calidad y el ambiente de las clases. El precio de la matrícula es de 60 pesos mensuales. Eso sí, siempre estoy al día con el pago de los tributos a la Onat, tengo mi proyecto como trabajador por cuenta propia y priorizo la autopreparación en temas como dietas, planes de ejercicios y todo lo relacionado al entrenamiento deportivo”.
Al preguntarle por qué no se dedica a tiempo completo al trabajo por cuenta propia, Daismel afirmó que: “Soy de los que piensa que se pueden hacer las dos cosas. Me apasiona formar a nuevos atletas, no solo en el plano deportivo, sino en el humano. En Cuba el deporte es un derecho del pueblo y fui formado para contribuir a ese fin. Creo que con lo que hago contribuyo al movimiento deportivo y también a la economía de los que quieren mantener una vida sana”.