Una ofrenda floral fue depositada a nombre del pueblo cubano, en el quinto lugar donde reposasen sus restos. Al homenaje en el camposanto acudieron representantes del Gobierno, de las organizaciones políticas y de masas y de los santiagueros, en general.
En su intervención, Carmen Montalbo Suárez, Directora del Centro de Estudios Antonio Maceo Grajales, expresó del héroe que “ha sembrado con su legado en millones de cubanos esa estela de patriotismo que hoy más que nunca necesita nuestra Patria.
“Nuestra generación es privilegiada, heredó el esfuerzo, la experiencia y el trabajo de las generaciones anteriores, desde el 68' hasta hoy. Por eso también tiene compromisos, pues nos toca seguir construyendo esta historia y llevar hacia adelante esta marcha revolucionaria en defensa de nuestras raíces e identidad”.
José fue el tercer hijo de Marcos Maceo y Mariana Grajales. El sanluisero supo crecerse ante las dificultades y prejuicios de su época, y constituye un símbolo imperecedero de rebeldía y consagración por la causa revolucionaria.
Con 19 años se incorporó al Ejército Libertador en la gesta del 68'. Estuvo presente en la Protesta de Baraguá y en la Guerra Chiquita. Tras el fracaso del plan Gómez-Maceo radicó en Panamá, trabajando en las obras del canal, y luego se asentó en Costa Rica junto a su hermano Antonio.
De vuelta a su tierra, en la gesta del 95' protagonizó toda una odisea en las montañas guantanameras contra el ejército de la metrópoli española; figura cimera de innumerables acciones combativas, con una extensa hoja de servicio que lo hicieron ascender hasta el grado de Mayor General, recibido de la mano de José Martí y Máximo Gómez.
El 5 de julio de 1896 en combate en Loma del Gato en Songo-La Maya fue mortalmente herido hasta fallecer horas después en soledad de Tí Arriba. Hoy su legado vive y deviene en un referente imprescindible de la historia.