Como el mejor colofón de días intensos, de retos y esfuerzo físico -en los que tuvieron el privilegio de que les acompañara hasta la Comandancia de La Plata, el Primer Secretario del Comité Central del Partido, Miguel Díaz-Canel Bermúdez-, la última jornada del recorrido de la bisoña tropa por el Oriente cubano fue de emociones inspiradoras, como suele provocar la urbe santiaguera, que fuera definida por Eusebio Leal como el refugio espiritual de la nación.
Por eso, cuando al final de la tarde, el silencio solemne de Santa Ifigenia se mezcló con la convicción renovada de los noveles, poco importó el cansancio, los dolores persistentes en las extremidades, las lesiones tras el ascenso al Pico Turquino, pues era el momento de rendir tributo al Comandante en Jefe, el líder de aquel primer recorrido en Revolución hasta la mayor cima de Cuba que hoy reviven; al Héroe Nacional José Martí, y a todos los próceres venerados en la necrópolis santiaguera.
Tras el último cambio de la ceremonia que desde la mañana hasta el atardecer protagonizan en el lugar los integrantes de la Unidad de Guardia de Honor, llegaron las flores hasta el Mausoleo al Maestro y el monolito que atesora las cenizas de Fidel, gesto que luego se extendió hasta los monumentos funerarios a Carlos Manuel de Céspedes, Mariana Grajales; del entrañable Frank País García, de Perucho Figueredo y otros próceres de la Patria.
En ese ambiente de solemnidad y acompañados por Beatriz Johnson Urrutia, Primera Secretaria del Partido en el territorio, y Manuel Falcón Hernández, Gobernador, los participantes en la Ruta presenciaron la ceremonia de retreta a la bandera cubana, que en el ocaso de cada tarde tiene lugar en el camposanto, recibieron un sello solapa con la imagen de la enseña nacional, y reconocieron al Batallón de Ceremonias de la Unidad de Guardia de Honor al Héroe Nacional y a los jóvenes que allí cumplen su Servicio Militar.
En nombre de los nuevos, la Primera Secretaria de la UJC, Meyvis Estévez, refirió que han sido jornadas en las que se han fortalecido la unidad y la solidaridad entre una juventud, que más que encontrarse con la historia, ha conectado con esta.
“Nos hemos emocionado, hemos vibrado, hemos vivido días que jamás olvidaremos, y que en tiempos tan desafiantes como los actuales, que requieren de la determinación y la valentía de la juventud cubana, han renovado nuestras energías”, recalcó la dirigente juvenil, al tiempo que agradeció a la provincia por acompañarlos en este imprescindible encuentro con la historia, y ratificó la convicción de los noveles de seguir defendiendo la Revolución desde el aporte a la construcción de una Cuba siempre joven.
Fue este el clímax de un día que se inició temprano con la visita al Museo Granjita Siboney, el mismo sitio que vio partir a los asaltantes al Moncada con la certeza de no dejar morir al Apóstol en el año de su centenario y que incluyó el contacto profundo con los detalles de la acción desde escenarios como el Parque Museo Abel Santamaría, antiguo hospital Saturnino Lora, y donde hoy se preserva la salita de enfermeras que vio a Fidel convertirse de acusado en acusador durante el juicio de la Causa 37.
En el Museo 26 de Julio, principal depositario de la memoria del hecho, el grupo de jóvenes apreció las bondades del nuevo montaje museográfico, en el que la historia del Moncada revive de la mano de las nuevas tecnologías y tuvieron un singular reencuentro con su infancia en intercambio, entre juegos y canciones, con los pioneros que hoy estudian en la aledaña Ciudad Escolar 26 de Julio.
Ante la posta tres de la otrora fortaleza militar, y en acto encabezado por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia, los visitantes recibieron un sello solapa con el emblema de la organización juvenil, entregado por el Buró Provincial de la UJC, y un rato después pudieron palpar la realización concreta del Programa del Moncada, en visita al Palacio Provincial de Pioneros Una Flor para Camilo, donde una representación de los 1 600 alumnos que desde 35 especialidades encuentran allí su vocación, les demostraron que hay un mañana para la historia que hoy evocan.
Valiosos sitios de interés sociocultural como el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre y el parque Céspedes, en el centro histórico de la ciudad, estuvieron igualmente en el itinerario de los jóvenes en estos días de abrazo a la historia, esa, que desde la vivencia, ha tomado fuerza más allá de los libros y deviene acicate en la defensa joven de una Cuba mejor.