En el gesto de la niña iba igualmente el reconocimiento de sus compañeritos de escuela y también de sus maestros, quienes con el nuevo curso escolar debieron transformar sus rutinas y trasladarse hasta la sede del IPVCE Antonio Maceo, pues su escuela, el Seminternado Clodomira Acosta Ferrals, no pudo abrirles sus aulas debido a su deplorable estado constructivo.
El deterioro de más de 20 años de servicio sin ninguna acción de reparación significativa y las prórrogas de la demandada inversión que pusiera fin a los achaques del inmueble, habían llevado al cierre de locales, con las consecuentes afectaciones al proceso docente y la prohibición por parte de Salud Pública del uso de áreas tan vitales como la cocina-comedor, al no reunir las condiciones para la elaboración de los alimentos.
Dolía a maestros, padres y directivos la situación del emblemático centro, de referencia entre los de la Enseñanza Primaria en la ciudad heroica y pionero del Tercer Perfeccionamiento Educacional en el país, por lo que muchas voces se alzaron en su defensa y fueron escuchadas.
Todos a una por la renovación
Fue así que convocados por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia y el municipio, desde finales de agosto se desató un intenso movimiento constructivo, que con el concurso de trabajadores de diversos sectores en jornadas de trabajo voluntario, rescató en tiempo record los colores de La Clodomira.
Con la satisfacción de quien ve esfumarse sus continuos dolores de cabeza de los últimos años, el subdirector administrativo del centro, detalla que la intervención constructiva incluyó el cambio de la cubierta y el falso techo en el área de la Casona, la reconstrucción y el enchape de todos los baños y la cocina comedor, la renovación de instalaciones hidrosanitarias, la iluminación de locales, la pintura, el mejoramiento y acondicionamiento de las áreas exteriores, entre otras acciones.
Fueron jornadas de más de 10 horas diarias en las que brilló el empeño de fuerzas constructoras de la Dirección de Educación y otras entidades de la provincia, el apoyo de jóvenes y trabajadores de diversos sectores y en las que con el sentido de pertenencia que los caracteriza, explica la Máster en Ciencias Irina Beatriz Villariño Sánchez, directora del centro, también contó el aporte de los maestros y especialistas de la escuela.
Sueños y escuela nueva
Desde el pasado 8 de octubre la alegría de mochilas y pañoletas retornó a su espacio en la habitual sede del Seminternado Clodomira Acosta, en el reparto Vista Alegre.
Ese día, como en todas las escuelas del país, los pequeños de Primer Grado recibieron la pañoleta azul y el distintivo que oficializa su ingreso a la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), en una plaza renovada y con muchos invitados, entre los que se encontraban quienes con su esfuerzo contribuyeron a materializar la transformación.
Un entorno confortable y funcional, es garantía de que los más de 500 alumnos de la institución educativa se sientan cómodos, seguros y dispuestos a un aprendizaje desarrollador, coinciden docentes y especialistas de ‘La Clodomira’.
Por eso, aunque aún se mantienen las labores en áreas como la plaza, en la construcción de un nuevo baño y el alistamiento del parque infantil con que cuenta el centro, entre otras áreas, en un ambiente colorido y con un mobiliario también renovado se gestan nuevos sueños desde el aprendizaje, y las instituciones cercanas inician el montaje de círculos de interés y otras acciones comprendidas dentro del proyecto educativo institucional, que ubican a la escuela en el centro de la comunidad.
Con la llegada de los libros, cuadernos y la experiencia acumulada, refiere la directora de ‘La Clodomira’, comienzan el despliegue de las potencialidades del Tercer Perfeccionamiento en otros dos grados y apuestan por cuidar con cariño y esmero lo logrado con el esfuerzo y la unidad de muchos.
La renovación constructiva de La Clodomira también oxigena empeños en su emprendedor colectivo y renueva su compromiso con la calidad del aprendizaje y de la educación cubana.