Orlando Guevara Núñez
Estados Unidos, como reza un antiguo refrán sobre Roma, paga a los traidores, pero los desprecia. Utiliza y paga a mercenarios para tratar de desacreditar a la Revolución y destruirla, pero ha estado dispuesto, en pos de sus mezquinos intereses, a sacrificar hasta la vida de esas personas para justificar una agresión directa a Cuba.
Han transcurrido 46 años y no se me ha borrado la impresión de aquella noche de octubre de 1976, en un campamento de combatientes internacionalistas cubanos en la República Popular de Angola.
Esta cita de José Martí está contenida en una carta dirigida al Director del periódico El Partido Liberal, de México, fechada el 20 de julio de 1887. El tema está referido a la excomulgación, por el Papa, del párroco Eduardo McGlynn, criticada por el Apóstol de la independencia cubana. En este caso el enjuiciamiento sobre la Iglesia es severo y pone al descubierto los intereses a los que sirve la institución.
Al cumplir Sierra Maestra sus 65 años de vida, un lugar de honor en su historia está ganado por los hombres y mujeres que lo fundaron en la clandestinidad. Ellos fueron la simiente y savia del árbol frondoso que es hoy nuestro órgano de prensa.
Difícil sería encontrar a un cubano que no haya escuchado este pensamiento martiano, sobre todo en boca de sus maestros. Fue de los primeros que aprendí en mi niñez. Pero muy poca aplicación tenía entonces.
Muchas veces hemos honrado los cubanos esta enseñanza martiana, consistente en elegir el sacrificio, dictado por el honor, ante un bienestar acompañado por el deshonor.