En un caso semejante cayó el presidente de Estados Unidos, Josep Biden, cuando recomendó recientemente a sus conciudadanos no visitar a Cuba –según se publicó en Internet- , porque aquí, dijo, estaba ocurriendo un incremento en los contagios de la Covid-19.
Eran los primeros días de la introducción en el país de la variante Ómicron del virus sars-cov-2, de rápida propagación, en que se promediaba unos 3 mil casos positivos diario, después de haber bajado la cifra, a finales del pasado año, a unos pocos cientos de contagios.
Sin embargo, no contó el señor Presidente norteamericano, con el muro de contención que significa el que más del 88 % de la población esté vacunada con el esquema completo de vacunas cubanas, y que más 5 674 600 hayan recibido una dosis de refuerzo, hasta la semana anterior, y quiso proyectarle a Cuba sus problemas domésticos, con el objetivo de afectar, una vez más, nuestra economía y el desarrollo del país.
Por eso, de acuerdo con Telesur , que cita a la Organización Mundial de la Salud, hasta el 16 de febrero, en EE.UU. se habían confirmado 79 744 583 contagiados con la enfermedad, y habían fallecido 951 551 personas, el primer lugar negativo en ambos indicadores, entre todos los países del planeta.
En tanto, en Cuba, hasta el 14 de febrero, según el Ministerio de Salud Pública, se habían confirmado 1 062 154 casos, y fallecido a causa de la Covid-19 la cifra de 8 476 personas, para una letalidad de 0,80 % , una de las tres más del mundo y la más baja del continente.
En total se habían administrado, hasta esa fecha, 34 748 037 dosis. Personas con una dosis, 10 591 716; personas con dos dosis, 9 361 880; personas con tres dosis, 9 037 550; y con el esquema de vacunación completo, 9 858 220, sin costo alguno para la población, además de aplicarse medidas de higiene y bioseguridad, como una forma más efectiva de protegerse.
Es oportuno conocer que, el Estado, protege de modo particular a la población pediátrica. Primero se inmunizaron a los adolescentes de 12 18 años, y luego de los ensayos correspondientes, los de 3 a11 años, todos con resultados por encima del 90 % de efectividad de las vacunas.
Esto ha significado un esfuerzo extraordinario para la economía de la isla, con gastos en materias primas, medicamentos, equipos y alimentos por cientos de millones de pesos -junto con numerosas y solidarias donaciones de amigos de todas partes-, además del duro trabajo del personal de Salud Pública, de muchos sectores de la sociedad, estudiantes de medicina y otros trabajadores que incluso han arriesgado sus vidas en la zona roja, atendiendo a los pacientes.
Entre las diferencias que existen en relación con este tema, sólo diremos que mientras en Cuba como lo primero es el ser humano, la atención médica, incluyendo la vacunación de la población, es gratuita, mientras en Estados Unidos, como lo que prevalece es el dinero, pues las vacunas Pfizer-BioN-Tech y Moderna estaban cobrando a los gobiernos –en el pasado mes de octubre-, hasta 41 000 millones de dólares más por sus vacunas que el costo de producción, según reporte de agencias internacionales de prensa, lo cual va recaer en los bolsillos de los pueblos y a profundizar más en la desigualdad entre ricos y pobres .
Ahí está explicación de los resultados de un país y otro, en el enfrentamiento a la Covid-19, y el pobre desfase del Presidente de USA.