Santiago de Cuba,

La ilusión creada en los niños, el Día de Reyes

06 January 2025 Escrito por  Joel Macías, Teleturquino

En el campo cubano, a excepción de las familias de los terratenientes y de algunos «elegidos», la mayoría de la población no podía disfrutar plenamente de las «bondades» de los Reyes Magos. Antes del triunfo de la revolución, los campesinos, obreros agrícolas explotados y otros trabajadores rurales se encontraban en una situación extremadamente precaria con más de 100 mil personas viviendo por debajo de la pobreza límite como arrendatarios, aparceros, precaristas y jornaleros.

Para los niños nacidos en la pobreza del campo, la llegada del Día de Reyes era un momento cargado de ilusión y a la vez de angustia. La expectativa de recibir regalos se convertía en una obsesión infantil, pero para los padres era motivo de sufrimiento, al saber que no podrían cumplir los deseos de sus hijos.

El 6 de enero, fecha que llenaba de sueños a los niños con regalos prometidos, pero nunca recibidos más allá de simples juguetes rudimentarios, solía terminar con un papelito escrito donde los padres, en nombre de Melchor, Gaspar y Baltazar, les explicaban que «este año no pudo ser, pero si se portan bien, volveremos el próximo año».

Un colaborador, al relatar la historia de su abuelo, quien no tenía medios para regalar juguetes, asegura que este prefería que los niños jugaran con la realidad de la vida en el campo, mientras que el padre se esforzaba buscando trabajo por los centrales azucareros como jornalero lejos de la familia, porque de esa gestión “dependían la ropa y los zapatos de año nuevo, y no daba para mucho más”.

El entrevistado significó que de vez en cuando, una tía que trabajaba en la ciudad de Santiago de Cuba, hacia el papel de Melchor, Gaspar y Baltasar y le llevaba “juguetes desechados por el niño de la casa en la cual ella se desempeñaba como niñera (criada)”, y en esa ocasión él y otros primos, se “creían que los Reyes Magos habían cumplido su promesa” para con ellos.

Este 6 de enero, la celebración del Día de Reyes estará en el recuerdo de muchos y será revivida por los que siguen la tradición impuesta desde la “madre Patria” y tienen dinero para hacerlo, aunque la tradición se vea afectada por la falta de recursos y la desilusión de una realidad que ha cambiado: los niños no son tan inocentes y los reyes magos no tienen tiempo para venir de tan lejos a dejar juguetes debajo de sus almohadas.

Sin embargo, en una era caracterizada por la devaluación del dinero y la escasez de liquidez, numerosas familias cubanas se ven obligadas a desempeñar el papel de magos para poder hacer un regalo, como ocurre en el día de cumpleaños de sus seres queridos.

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