A esto se le suma su rápido andar para llegar a una guardia obrera nocturna, o ponerse codo a codo con los trabajadores. Sí, era gente de pueblo, de los niños, ancianos, y Cuba vivía en ella también.
Su vida estaría marcada por el acompañamiento a los más desvalidos. Una infancia de solidaridad con los pobres, la llevó a entender que la vía política sería la única solución a los males de la nación.
Al vincularse al Movimiento 26 de Julio conoció al joven santiaguero Frank País García. Como ‘Norma’ -uno de sus nombres en clave-, contribuyó con los organizativos para el desembarco del yate Granma y el comienzo de la guerra en la Sierra Maestra.
Entre las tareas que desempeñó, se encuentran la creación de una red de colaboradores campesinos; la conducción del periodista Herbert Matthews del New York Times junto a otros líderes, al encuentro con Fidel, y luego del corresponsal norteamericano Bob Taber; participó, entre otros, en el combate de El Uvero como primera soldado del Ejército Rebelde, además de su constante apoyo desde la ciudad.
¿Quién mejor que ella junto a otras, para conformar el batallón femenino Mariana Grajales, en La Plata?, contra todo pronóstico machista y con el respaldo del Líder Histórico de la Revolución Cubana.
Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley, tras el 1ro de enero de 1959, fue secretaria del Consejo de Estado, diputada al Parlamento, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y de la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas.
Celia, la que en el centenario del Héroe Nacional José Martí dejó en la cima del Pico Real del Turquino un busto de bronce al Apóstol; ‘la más autóctona flor de la Revolución’; la que sufría por la injusticia y anhelaba la liberación de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.
Ella honró a nuestros héroes y mártires, a nuestra estirpe de mujeres. Su vida es la Revolución, el reflejo de la igualdad de derechos del sexo femenino en todos los ámbitos de la vida social. Es de las imprescindibles cuando se habla de Cuba y su historia, del amor a la Patria y a las nobles causas. Ella es ‘nuestra Celia’.