Las vaguadas han sido las causantes de esta situación, a la cual se agradece que el territorio comience a remontar una severa sequía con sus negativas secuelas para los cultivos y otros frentes agrícolas, junto a las afectaciones en la distribución de agua a la industria y a la población.
Los trabajos de recuperación han permitido al municipio costero y montañoso de Guamá restañar los daños ocasionados por el desbordamiento de varios de los cuantiosos ríos y arroyos que surcan la alargada superficie sureña, entre el mar Caribe y las montañas de la Sierra Maestra.
Desde el jueves 25 del quinto mes comenzaron los aguaceros, que apenas han cesado a lo largo de estas casi 15 jornadas, con interrupción de actividades laborales y docentes, junto a otros inconvenientes que las autoridades locales se encargan de cuantificar.
De momento, el río Cauto, el más extenso de la isla y el segundo más caudaloso después del Toa, en Guantánamo, exhibe un cauce abundante que ya apenas recordaban los lugareños del municipio de Palma Soriano, cuya ciudad capital atraviesa.
En la demarcación de Contramaestre también las precipitaciones han sido fuertes y localmente intensas, con un acumulado hasta el final de la mañana de 175.9 milímetros, la más alta cifra del año, según reportes de la televisión local, que alude igualmente a cinco consejos populares incomunicados.
Explica el periodista Ricardo Chacón que se mantiene la observación hidrometeorológica sobre el territorio, de modo especial en el embalse Carlos Manuel de Céspedes, uno de los más grandes del país y que está al 69 por ciento de su capacidad total.
Con 168 millones de metros cúbicos y la entrada de notables volúmenes del líquido, es uno de los embalses más beneficiados entre los nueve de la provincia.