Cierto es que se ha vuelto común que organismos e instituciones visiten, por ejemplo, la Sala de Oncohematología del Hospital Pediátrico Infantil Sur (La Colonia); sin embargo, la idea de llegar a otros centros asistenciales, en los que también hay niños hospitalizados con padecimientos complejos, fue una decisión acertada.
Indiscutible fue el aporte de muchos, pero la cofradía para hacer algo que tocara el corazón de estos peques y sus familiares fue soñada por Iraida Lavin, Gerenta del Complejo; Maiberis Torres, Jefa de Unidad Comercial; Aimé Moreno, Administradora; Amauri Cedeño, Comercial; quienes junto a Caridad Garrido liderando a los jóvenes, y Lilian Cobiano desde la sección sindical; lograron regalarles a estos pacientes una tarde diferente, en la que todos salieron reconfortados.
Por fortuna, en esta jornada de solidaridad, también estaba el sicólogo infantil y M.Sc. Eduardo Montoya Pérez, quien dirige el Proyecto Psicoterapéutico Pon y sus amigos, que trabaja directamente en este centro de salud con menores hospitalizados con patologías crónicas, quienes en muchos casos reciben hemodiálisis y su estadía se alarga.
Aunque ya se vuelven cotidianas las muestras de humanismo que hacen colectivos laborales santiagueros para con niños y adolescentes con patologías complejas, siempre será válido reconocer la iniciativa de llevarles esa otra medicina que envuelta en caramelos, confituras, regalos, globos, sorpresas, juguetes…, no cura, pero alivia el alma.
Entonces, a los payasos terapéuticos, que van robando sonrisas por las salas, que hacen que la mirada triste se vuelva expectante, que regalan alegría a los pacientes, al colectivo del Complejo La Plaza, llegue el agradecimiento; para que sigan multiplicándose gestos de solidaridad y amor, porque a veces solo hace falta un acto de bondad y cariño, para cambiarnos la vida.