El 29 de marzo de 1990, en una gran muestra de solidaridad, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro recibió a los primeros menores víctimas de esa accidente para iniciar una asistencia médica que se desarrolló desde ese año hasta 2016 y que abarcó a más de 26 mil personas.
Los pacientes fueron ubicados en el cercano balneario de Tarará, al este de la capital, donde recibieron atención médica integral, masiva y gratuita en todas las especialidades, siendo Cuba el único país que organizó un programa de ese tipo.
El 26 de abril de 1986 estalló el cuarto reactor de la planta nuclear de Chernóbil, en Ucrania, catástrofe que contaminó un área cercana a los 140 mil dilómetros cuadrados y que generó una oleada de enfermedades relacionadas con la radiación en ese territorio.
Ante esa lamentable tragedia, la isla instrumentó un plan multidisciplinario en el que estuvieron vinculados cientos de trabajadores de la Salud y la Ciencia, el cual permitió durante más de 21 años tratar y rehabilitar alrededor de 26 mil 114 pacientes, el 84 por ciento niños procedentes, fundamentalmente, de Ucrania, Rusia y Bielorrusia.
Su objetivo fundamental fue brindar atención médica altamente especializada y, desarrollar, en un ambiente apropiado, un plan sanatorial de rehabilitación, con acciones integrales de salud, recreación y cultura.
Con el gesto humanitario de Cuba un número significativo de niños recuperó su salud, además sirvió como referencia para todos los interesados en la atención médica ante situaciones de desastre y permitió comprender las secuelas de uno de los más graves accidentes en la historia de la industria nuclear.