Y aún estamos aquí y no será por poco tiempo; precisamente, las glorias que hemos vividos cobran esas motivaciones populares que testimoniaron nuestros padres y abuelos, a pesar de la dura situación económica que atraviesa Cuba con el refuerzo del bloqueo desde el gobierno de los Estados Unidos y el impulso del odio, la ira y violencia en las redes sociales contra todos lo que sean cubanos y se mantengan en resistencia en esta tierra digna.

En medio de este contexto, avanza la aplicación de asfalto en las calles y avenidas principales, según la disponibilidad de recursos; mejoran fachadas, aceras, bordillos y alumbrados eléctricos públicos; no falta las pinturas en plazas, sitios históricos, bodegas, en algunas comunidades y barrios, incluso, con recursos propios no pocas zonas rurales cambian la imagen del entorno, mientras los surcos aumentan, se alistan otras plantaciones destinadas al cultivo de viandas y hortalizas de los llamados “ciclos cortos”.

No faltan quienes critican mucho, pero no aportan en la solución de los problemas, por el contrario, convierten los lunares en ronchas, en espera de que el buen plato llegue por sí solo a la mesa, claro, las tensiones económicas tocan a la mayoría de las familias, mientras quienes aplauden la corrupción creen que nunca serán victimas de ése flagelo rechazado por la mayoría en territorio cubano.

En el actual contexto, se mantienen las noches santiagueras, vibran niños y jóvenes en los parques y focos culturales donde la creatividad multiplica los colores de diciembre, las expresiones artísticas, la innovación de instrumentos musicales, vestuarios, bailes, danzas y la conga.

A pesar de muchas carencias, las MIPYMES y otros trabajos por cuenta propia no se detienen; en Santiago de Cuba cobran impulso las convocatorias a cursos, talleres y conferencias sobre cómo iniciar y desarrollar nuevas gestiones económicas, dígase del emprendimiento familiar o por grupos afines, la contratación por el pluriempleo, a partir de la asimilación de diversas formas de alianzas entre desarrolladores.

Cierto que será otro fin de año con más carencias para los cubanos de adentro, pero ya se alistan los grupos y solistas para la gran velada artístico-cultural en el parque Céspedes, escenario tradicional para la Fiesta de la Bandera en la postrimería de otro año soberano e independiente, cuando se avizora un 2024 más tempestuoso en la arena internacional plena de cambios hacia la multipolaridad y en decadencia de los fetiches occidentales, por lo cuales ¿quién se arriesga a predecir un nuevo año de Paz y Seguridad en el mundo?