Entonces se precisa profundizar en qué consiste este proceso, sus ventajas, los percances existentes que son independientes a la bancarización -pero que inciden negativamente-, y los caminos para remediar los efectos que vivimos. Sierra Maestra conversó con el Dr.C. Víctor Luis López Lescay, presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (Anec) en la provincia de Santiago de Cuba.
¿Qué es la bancarización?
El sistema bancario tiene productos tradicionales como el crédito y el ahorro, y otros nuevos que conforman la cartera de ventas del sistema financiero: pensiones, fondos, emisiones de deudas, tarjetas de crédito y débito, transferencias, financiamientos…; todos estos encaminados a satisfacer las necesidades de sus clientes.
La informatización de los procesos generó una transformación en la forma de prestación de esos servicios bancarios, donde el cliente aprovechando las bondades de la era digital satisface sus necesidades mediante las plataformas digitales que se crean por las instituciones bancarias. A ese proceso de informatización al servicio del cliente se le llamó bancarización.
La bancarización es el nivel de utilización de los productos y servicios bancarios mediante plataformas digitales por los usuarios o clientes y tiene entre sus objetivos normalizar las operaciones económicas con participación de todos los actores que conforman el sistema financiero, con el fin de minimizar el uso del efectivo como forma de pago en las transacciones comerciales y mejorar los sistemas de fiscalización y la detección del fraude tributario.
¿Qué beneficios tiene?
Permite una “rentabilidad” del dinero, es decir, darle mayor valor a través del interés cobrado cada mes por los depósitos en el banco; facilita el sistema de pagos; reduce el riesgo vinculado al uso del dinero en efectivo; formaliza todas las operaciones financieras; canaliza a través de medios legales que permiten identificar su origen y destino.
También, minimiza la evasión tributaria; elimina el lavado de activos y otros delitos; expresa la intensidad e incidencia que la red bancaria tiene en la economía; refleja el grado de progreso del sistema financiero del país, permite medir la intensidad de su uso por parte de la población y el grado de penetración de las instituciones financieras en la economía y desarrollo de la nación.
Asimismo, facilita el análisis de la robustez y desarrollo de los sistemas financieros, la medición del grado de desarrollo humano y la calificación de la economía de un territorio. Refleja en buena parte la cultura financiera de los ciudadanos y sirve para establecer estrategias relacionadas con los mercados y medios de pago.
Este proceso se enfrenta a percances ya existentes -muchos surgidos en los últimos tiempos- que atentan contra su desarrollo.
En Cuba la bancarización se enfrenta a un escenario muy hostil, teniendo diferentes variables negativas. En primer lugar la necesidad de capacitación de los responsables de prestar estos servicios y de quienes los reciben.
Se suma la existencia de un mercado financiero formal que funciona con una combinación nefasta de medidas administrativas que entorpecen y lo hacen no funcional a la vista de sus usuarios. Además, está la existencia de un mercado de dinero informal que responde con más agilidad para las operaciones financieras entre las partes y la satisfacción de sus necesidades, aun cuando es abusivo y especulativo.
A este escenario se le adiciona un grupo de medidas dirigidas a resolver problemas puntuales de la economía obviando su carácter sistémico, que como resultado ha proliferado el mercado de dinero informal.
En la Tarea Ordenamiento se unificaron las monedas y las tasas cambiarias; con posterioridad, la situación económica del país obligó a introducir nuevamente las tiendas recaudadoras de divisas, minimizando la función de los bancos en esta operación, al tiempo que resurgía el mercado de dinero informal que se manifiesta en la actualidad de tres maneras.
La primera es que la población compra el MLC digital para acceder a las tiendas recaudadoras de divisas. La segunda, la adquisición del MLC papel para acceder a mercancías del mercado en frontera o en exterior y realizar actividades comerciales en el mercado interno (generalmente Mipyme, TCP y personas naturales). La tercera, la captación de MLC papel para salir del país a actividades -comerciales, personales o migratorias-, principalmente los ciudadanos naturales.
La compra de MLC digital para acceder a las tiendas recaudadoras de divisas, generó un mercado financiero muy lucrativo para un reducido sector de la población que recibía por diferentes vías inyecciones financieras en MLC digital; negocio que se materializa mediante las plataformas de pagos oficiales de los bancos cubanos, pero con transacciones financieras a tasa de cambios informales.
Estas tres formas de mercado de dinero ilícito provocaron la acumulación de efectivo de un sector minoritario de la población que empezó a dominar la compra-venta de este fuera del sistema bancario, ya que no podía tenerlo en tarjeta digital y mucho menos en banco, dado que su procedencia era el resultado de operaciones financieras no lícitas.
¿Cómo se puede revertir la situación actual y avanzar en la bancarización?
Sin asumir que se tiene la solución del problema que es multifactorial y multisectorial, se pudiera en un primer momento evaluar medidas organizativas de los procesos sociales que puedan contener los fenómenos deformadores del mercado financiero.
Dígase de identificar los mayores emisores de demanda de efectivos (las empresas estatales y el sector presupuestado al emitir los salarios de sus trabajadores); asegurar un porciento significativo de bienes y servicios a través de la propia empresa contra el salario de los trabajadores; encadenar los servicios públicos al sistema empresarial; reorientar los módulos a través de las entidades, así como la canasta básica a este sistema.
Asimismo, que las tiendas recaudadoras de divisas comiencen a operar en las dos monedas, algo parecido a cuando teníamos circulando en la economía interna el CUC y el CUP. Esta medida daría un fuerte impacto a la neutralización del mercado de dinero informal al eliminar la venta de MLC por parte de la población para acceder a estas tiendas.
De igual manera, en todas estas acciones el empoderamiento de los cuerpos impositores de las técnicas y herramientas para la determinación de las diferentes formas y métodos de evasión fiscal de los actores económicos será vital, por supuesto, sin estrangular las operaciones financieras de aquellos que sí operan en el marco de la ley.