La acción tuvo lugar exactamente a las 07:00 horas en la Plaza de Marte, céntrico parque de la urbe, cuando varios jóvenes izaron la Enseña Nacional, seguida del Himno Nacional cuando el estandarte llegó hasta el punto más alto del asta.
Así se da continuidad a una iniciativa de Lázaro Expósito Canto, entonces Primer Secretario del PCC en la provincia, siete años atrás, en ocasión del aniversario 500 de la fundación de la villa de Santiago de Cuba.
Lo que poco a poco se ha ido convirtiendo en tradición, consiste en izar la Bandera Cubana, tan pronto amanece el 31 de diciembre, siempre en mástiles de alto porte como este de la Plaza de Marte y que suma 24 en igual cantidad de sitios distribuidos en los cuatro puntos cardinales de la ciudad santiaguera, donde tienen lugar estos actos patrióticos.
En la celebración esta mañana, presidida por las autoridades principales del territorio junto a otros dirigentes del Partido, el Poder Popular (Gobernación y Asamblea Municipal), la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y las organizaciones de masas, Daylenis Leonor Polo Hernández, alumna de 8vo. Grado de la Secundaria Básica Roberto Rodríguez Fernández, declamó el poema A mi Bandera, de Bonifacio Byrne, que finaliza así:
“Si deshecha en menudos pedazos/llegar a ser mi Bandera algún día/ nuestros muertos alzando los brazos/ la sabrán defender todavía.”
Seguidamente, Fabián Ruiz Martínez, secretario general de la UJC en el distrito 26 de Julio, expresó:
“Reafirmamos el firme compromiso y la convicción profunda de que somos continuidad.
“Este 31 de diciembre, durante todo el día, estaremos rindiendo tributo a nuestra Enseña Nacional, inspirados en el fervor mambí; el ejemplo de Céspedes, Agramonte, los Maceo, José Martí, Mella, Villena, y aquel intrépido joven santiaguero, Frank País García, quienes nutrieron con su savia revolucionaria a las generaciones de jóvenes que les sucedieron y no desistieron en el empeño iniciado en 1868 y materializado por Fidel el 1. de enero de 1959, de ver ondear libremente a la Bandera de la Estrella Solitaria en nuestro verde caimán.
“Ella simboliza los pensamientos más puros del triunfo de la Revolución: libertad, igualdad y fraternidad; cinco franjas y en el centro del triángulo una estrella como un rayo de luz que se abre y marca el porvenir de Cuba.
“Hoy los ´pinos nuevos´ estamos dispuestos a continuar escribiendo páginas gloriosas en nuestra historia patria, conscientes de que para nosotros este acto constituye un privilegio y al izar hoy nuestra Bandera, lo hacemos con la misma devoción de los hombres y mujeres que abonaron con su sangre el suelo de nuestra Patria, para lograr la definitiva libertad que hoy disfrutamos y defenderemos al precio que sea necesario…”.
Entonces, el dirigente juvenil empleó la última estrofa del poema Mi Bandera, de Bonifacio Byrne.
Esta ceremonia al despuntar el alba, siempre vinculada con la Enseña Nacional, sigue durante toda la jornada con un cierre trascendental: la Fiesta a la Bandera en el Parque Céspedes, cuando el viejo año fenece y el nuevo nace.
Siempre alrededor de la Bandera de la Estrella Solitaria, los cubanos han desarrollado ceremonias, galas, actos, todos con un sentimiento profundo de respeto y patriotismo.
En 1849, en Nueva York, el escritor cubano Miguel Teurbe Tolón a instancias del general venezolano Narciso López, diseñó la Bandera de la Estrella Solitaria, que fue izada por primera vez en la ciudad de Cárdenas, en 1850, por el propio López al desembarcar para iniciar la lucha contra España. Fue adoptada por la mambisa Asamblea Constituyente de Guáimaro, reunida en 1869 y oficialmente adoptada en 1902 como bandera de la Cuba independiente y es, desde siempre, el símbolo más importante de la Patria, junto con el Himno Nacional.