Celebraban todos, de una manera modesta y llena de calor humano, los 55 años de la Escuela Comunitaria de Música Lauro Fuentes y así rendir más homenajes a la profe Xiomara, eterna pedagoga y directora del centro, a cinco años de su partida física luego de dirigir la institución por más de 40 años.
Allí estaban como siempre, Osvaldo, el esposo de Xiomara, y Liette, la hija de ambos, habitualmente ligados a la “Lauro”; también estuvieron en la conmemoración, Katia Sucel Expósito Rodríguez, metodóloga de la escuela, hoy en funciones de dirección pues Oscar Oyalvides Vargas, el director, está de vacaciones, y numerosos maestros e instructores, y alumnos y sus familiares.
De la Escuela Comunitaria de Música Lauro Fuentes, en la calle San Jerónimo, entre Reloj y Calvario, en el centro histórico de Santiago de Cuba, han salido músicos y cantantes, muchos de estos hoy figuras encumbradas del pentagrama y la escena cubanos.
Para Katia lo más sobresaliente del aniversario fue el conversatorio en que “tantas personas hablaron de la inolvidable profesora Xiomara”.
Además, Yankier Donatier Silva fue el graduado de la tarde. Ofreció un “popurrí” de percusión, y luego, alumnos y profesores actuaron para beneplácito de los presentes. El cierre lo asumió espléndidamente, el coro de cámara Música Áurea, de la maestra Delvis Sánchez, esta vez conducido por la asistente de dirección Yanet Bicet.
En esta escuela hoy se forman en el amplísimo horizonte del pentagrama, 252 alumnos, de la mano de 31 profesores en las especialidades de saxo, canto coral, canto adulto, guitarra, clarinete, violín, piano, flauta, percusión y trompeta; piano y violín, a partir de los ocho años; canto coral, desde los 10 años, y canto adulto desde los 18 años. El resto de los instrumentos es desde los 10 años.
“Esta escuela era la vida de Xiomara, porque le entregó décadas y décadas de su existencia para que fuera un centro esencial en Santiago de Cuba. Y lo consiguió. Creo que el mejor homenaje a ella y a sus más de 40 años como directora, es ver qué bella está la ´Lauro´ y como cada día entre niños y adultos crece aquí el amor por el pentagrama”, dijo Osvaldo.