"Fui una de esas cabecitas que ocupó lugar entre este mar de pueblo” dijo con la pasión que le caracteriza, a pesar de que hace ya un año se acogió a la jubilación, luego de toda una vida de entrega a las mieles y sinsabores del mundo de la noticia en importantes medios de comunicación del Oriente cubano.
Pero hoy, asevera, su rutina será otra. “Los ideales no se retiran, recalca enérgica, por eso, en tiempos en que amenazas muy serias penden sobre la Revolución y sobre los destinos de los cubanos, más allá de filiaciones políticas, mi lugar está aquí.
“Llenar las plazas en respaldo a nuestro proyecto social, es nuestra manera de enviar al mundo, la muy necesaria señal de que a pesar de las carencias, los prolongados apagones, la falta del gas licuado, del que no dispongo desde diciembre, y otras agudas realidades, continuamos al lado de la Revolución y eso es muy importante, sobre todo en momentos en que se realiza una feroz campaña desde las redes sociales para minar la participación del pueblo.
“Haber estado en la plaza es defender nuestro destino, la esperanza y el futuro de nuestros hijos y eso, que puede parecer una frase hecha, es hoy una razón muy seria para no haberme quedado en casa”, enfatiza con la agudeza que le ganó durante años el aprecio de sus lectores.