El cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia Católica, dirigió la primera oración antes de que el féretro iniciara su recorrido. La procesión atravesó la Plaza de Santa Marta y la Plaza de los Protomártires Romanos, hasta llegar a la Plaza de San Pedro.
La entrada al Vaticano se realizó a través de la puerta principal de la Basílica, donde Patriarcas, Cardenales, Arzobispos, Obispos y miembros de la Capilla Pontificia acompañaron el féretro, vestidos con el hábito coral en un acto de profundo respeto y devoción al papa Francisco.
En la Basílica de San Pedro, el cuerpo del pontífice fue depositado en el Altar de la Confesión, bajo el emblemático baldaquino de Bernini, un espacio cargado de simbolismo. Las ceremonias comenzaron con la Liturgia de la Palabra, dando inicio a los homenajes públicos que se extenderán hasta el viernes. Durante los dos primeros días, el templo permanecerá abierto hasta la medianoche, permitiendo a los fieles acercarse para despedirse de un líder que dejó una marca indeleble en la Iglesia.
El viernes marcará el cierre de las exequias, con una multitud de fieles, dignatarios y jefes de Estado que rendirán homenaje al pontífice.
Varios países enviarán a sus delegaciones al funeral, previsto para el sábado en la Plaza de San Pedro.
Desde Suiza, la presidenta Karin Keller-Sutter anunció en su cuenta oficial en X que asistirá al funeral. Destacó su calidez humana y lo describió como un líder espiritual y defensor incansable de la paz. Recordó su visita a Suiza en 2018, donde buscó acercarse a comunidades cristianas no católicas, un gesto que ella valora profundamente.
El presidente interino de Rumanía, Ilie Bolojan, también estará presente en la ceremonia en Roma este sábado. Su participación, en medio de su mandato provisional antes de las elecciones del 4 de mayo, refleja el reconocimiento hacia el papa como figura global.
El presidente ucraniano Volodímir Zelensky viajará a Roma para rendir homenaje personalmente. Desde Estados Unidos, Donald Trump confirmó su asistencia junto a la primera dama, Melania Trump, y ordenó que las banderas ondeen a media asta hasta el día del funeral, mientras En Francia, Emmanuel Macron declaró desde La Reunión que estará presente en las exequias, reafirmando su compromiso.