El avezado especialista explicó que tanto los terremotos del 10 de noviembre como el ocurrido el 23 de diciembre, "se producen en un sector de la falla transformante Oriente caracterizada por un movimiento predominante de deslizamiento por el rumbo lateral izquierdo. Desde iniciada la actividad sísmica del 10 de enero, se han registrado hasta terminar el año, un total de 8 873 réplicas de ambos terremotos. Así mismo, después de ocurrido el terremoto de 6.1 de magnitud del 23 de diciembre se han registrado 446 réplicas. dada la magnitud de estos terremotos las réplicas continuaran, lo cual es totalmente normal, aunque deben ir disminuyendo en cantidad y magnitud con el tiempo".
Fotos: Cortesía del entrevistado
En lo referido a la labor del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) y la información brindada a las autoridades y la población "se reportaron oficialmente en boletines informativos 20 terremotos perceptibles, 10 en la zona Santiago – Baconao, 5 en diferentes localidades del interior del país (Moa, Baracoa, Sibanicú y Varadero) y otros 5 en la zona de Pilón - Chivirico donde están incluidos los 3 terremotos fuertes. Sin embargo, fueron sentidas una gran cantidad de réplicas de los terremotos fuertes que no fueron reportadas como perceptibles y por tal razón no se elaboró el correspondiente boletín informativo".
En ese sentido, "se asumió que los sismos con magnitud mayor a 2.5, fueron sentidos por las personas que habitan en los lugares mas cercanos a estos epicentros. Se contabilizaron hasta el 31 de diciembre un total de 143 sismos probablemente perceptibles. A continuación, se incluye un resumen de la evaluación de las intensidades del terremoto de 6.7 de magnitud registrado el 10 de noviembre, que fue realizada por un equipo de especialistas del Cenais que recorrió las zonas afectadas. La Intensidad está dada según los criterios establecidos por la Escala Macrosísmica Europea (EMS/1998)".
Los terremotos fueron:
• Pilón, incluyendo los poblados de Mota y Marea del Portillo VIII grados
• Niquero VI grados
• Media Luna VII grados
• Campechuela VI grados
• Manzanillo VI grados
• Cayo Espino VII grados
• Yara VII grados
• Bartolomé Masó VIII grados
• Cauto Cristo V grados
En cuanto a los daños, la totalidad fueron "consecuencia de las vulnerabilidades existentes, viviendas y edificios de interés socioeconómico construidos sin ningún reforzamiento estructural, muchos de ellos ya dañados por los terremotos del 19 de febrero de 1976 y del 25 de mayo de 1992 que no fueron rehabilitados. Los dos terremotos fuertes del 10 de noviembre fueron percibidos por el 100 % de los pobladores encuestados, provocando pánico en muchos de ellos", concluyó.