Septiembre sirvió para que en todo el país se desarrollara el Primer Taller Nacional de Jubilados de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC). En nuestra provincia –que tuvo su primer camino de hierro en el ya lejano 1844 (entre Punta de Sal y El Cobre)-, unos 45 jubilados desarrollaron la jornada, primero con el homenaje, a título de todos los ferroviarios cubanos, a los héroes y mártires de la Patria en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia y el intercambio de experiencias, devenidas en propuestas, para mejorar los servicios que se prestan a la población y a la economía.
“Lo que sucede es que hay mucha gente detrás de un tren circulando, el ferrocarril hermana pero hay que amarlo; tenemos que volver a funcionar como el reloj, dando la hora; y para eso no se pueden violar los procedimientos: un tren no puede salir de la estación sin antes ser revisado exhaustivamente”, expresó Reinaldo Toledo Rodríguez, quien durante 45 años laboró en la reparación de locomotoras, vías, puentes y servicios generales.
“Estoy reincorporado desde hace algunos meses en la Empresa de Ferrocarriles de Oriente (EFO), donde insisto en recuperar los procederes que antes eran inviolables; por ejemplo, una locomotora no podía salir sin arena porque si patina en los raíles la misma realiza una función de fricción”, argumentó Toledo Rodríguez, holguinero que se siente como otro santiaguero más.
Otro jubilado reincorporado es Ismael Fernández Duany, que asumió la importante función de Director de Material Rodante en la EFO, “es una actividad importantísima; hemos podido reincorporar varios trenes en toda la región oriental: a los santiagueros benefician directamente los Santiago-Manzanillo, Santiago-Guantánamo y Guantánamo-Holguín”.
No obstante, la responsabilidad de directivos y trabajadores, “el cuidado que los viajeros deben conceder a los trenes no se corresponde con la realidad: asientos rotos, vertimiento de basura en los coches y hasta robo de luminarias, llaves y otros componentes”, dijo Juan Gabriel Hierrezuelo Fábregas, con 46 años en los ferrocarriles de Cuba.
El paulatino proceso de recuperación del material rodante, estaciones, talleres y demás muebles e inmuebles de la UFC, “también debe corresponderse con una ética y actitud ante el trabajo de todos y cada uno de nosotros. Rescatar el prestigio de los ferroviarios y del ferrocarril depende de nosotros, y, evidentemente, de recursos materiales y financieros para el medio que más cargas y pasajeros transporta con los costes más baratos”, enfatizó Hierrezuelo Fábregas.