Lo anterior ocurrió gracias a la iniciativa del Museo de Historia Natural Tomás Romay, punto de encuentro de aficionados de la astronomía y transeúntes curiosos que hacían escala solo para echarle un vistazo al fenómeno en el cielo que desde Cuba se vio de forma parcial.
Para la Casa de la Educación Ambiental de la Provincia fue un gran acierto lograr la coordinación de este espacio y así conseguir una mayor interacción con el público santiaguero.
“Se colocaron en la calle 2 telescopios para la observación del suceso, uno Marca Orión de 120mm que proyecta el eclipse sobre una pantalla de cartón blanco para de manera indirecta mostrar lo que sucedía en el cielo, y otro marca Celestrom de 70mm que es para la visión directa o fotográfica, empleando un filtro especializado que bloquea el 95% de la luz solar ultravioleta, haciéndolo un método seguro de observación” explicó Eduardo Matos Garcell, técnico del Museo y propietario de estos 2 artilugios, adquiridos y traídos por él mismo en 2012.
El Planetario desarrolló su popular exposición de planetas y estrellas y se brindaron conferencias y charlas sobre la influencia de los eclipses en las culturas de las civilizaciones antiguas como la griega o la egipcia, estrechando lazos entre la ciencia y la historia.
Todo el tiempo hubo transmisión en vivo de la NASA en un televisor en los interiores del local desde los lugares de Norteamérica en los que era visibles el eclipse total, logrando un mayor acercamiento de las personas que no tenían posibilidad de visualizarlo debido a las condiciones meteorológicas desfavorables que, por un tiempo, cubrieron el cielo en Santiago de Cuba.
Rafael Mut Benítez, profesor de Física de la Universidad de Oriente ofreció explicaciones y esclareció dudas sobre el fenómeno en todo el transcurso del evento, donde según Matos Garcell: “Se evidenció una alta participación e interés de los visitantes, fomentando el aprendizaje y el debate”.
Explicó, además, que si bien es cierto que desde nuestro país no se pudo ver un fenómeno en su total esplendor, esto tiene una explicación, y es que al estar en una zona tropical, húmeda y montañosa, en el caso de Santiago de Cuba, se dificulta la correcta observación en estas efemérides astronómicas.
Las actividades del centro no solo se quedarán en esta observación del eclipse o la conferencia habitual del Planetario, el reconocido técnico nos comenta que todos los sábados, tanto en horario diurno como nocturno, el Museo pone a disposición de todo aquel amante de la astronomía los telescopios para contemplar el Sol, manchas solares, la Luna y la oposición de los planetas, evento anual donde algunos como Saturno, Júpiter, Urano y Neptuno quedan en línea recta junto con el Sol y la Tierra, en donde esta última se posiciona en el medio, momento en el que se facilita la observación de estos cuerpos celestes.