Así trascendió en la historia de las luchas por la liberación del país, el Primer Congreso Campesino en Armas, celebrado en Soledad de Mayarí(actual Segundo Frente) el 21 de septiembre de 1958, bajo el mando del entonces Comandante del Ejército Rebelde Raúl Castro Ruz, jefe del Segundo Frente Oriental Frank País García; José Ramírez Cruz “Pepe Ramírez” y Vilma Espín Guillois en calidad de Delegada del Movimiento 26 de Julio en el frente guerrillero, además de otros miembros de la jefatura.
Al cónclave también se sumaron obreros, lo que dejaría sellada la alianza entre los obreros y campesinos que sería crucial en los meses y años venideros, primero para alcanzar el triunfo revolucionario y segundo para impulsar el desarrollo socioeconómico y la inclusión social de estos dos sectores de la población.
Esta idea queda confirmada con las palabras de “Pepe Ramírez”, en el año 1968, con las que explica la trascendencia de este Congreso Campesino: “…podemos asegurar que aquel evento campesino de Mayarí Arriba tuvo un extraordinario valor, no sólo para el desarrollo y el triunfo de la lucha insurreccional, sino además para una vez logrado el triunfo del 1 de enero de 1959 avanzar en el movimiento campesino en alianza con la clase obrera en respaldo de las medidas puestas en práctica por el poder revolucionario".
Quienes se reunieron en Soledad de Mayarí no fueron los pioneros en las luchas campesinas en el oriente de Cuba, pues aún retumbaba en las montañas la consigan “Tierra o sangre” que enarbolaron como bandera los campesinos del realengo 18 dirigidos por Lino de las Mercedes Álvarez, cuando 34 años antes enfrentaron a las empresas extranjeras que colonizaban la zona de Guantánamo. Ese espíritu también estaba vivo en el congreso y significaba la continuidad de la lucha por la tierra y todos los derechos que sobre esta tiene quien la trabaja.