El bloqueo económico, comercial y financiero al que se nos somete es como una fiera al acecho de que la víctima esté desprevenida, debilitada y aislada al más clásico estilo de las cacerías felinas, pero no nos convienen ningunos de esos estados desventajosos, nos toca estar alertas, buscando alternativas, viviendo y avanzando.
De que el cerco económico a Cuba es una idea oportunista de hacer presión a un país hay muchas muestras, comenzando por la diferencia entre la economía y las relaciones internacionales de Estados Unidos de América y las de esta isla caribeña, a eso se suma una larga lista de “oportunidades” en las que el vecino trató de apretar para asestar un golpe final.
Lo hizo cuando limitó y luego eliminó las exportaciones cubanas hacia su país, y continuó en cada crisis que atravesó Cuba, siendo la más “singular” por llamarla de alguna forma, la de los años más duros del Periodo Especial, que incluyó maletas listas y todo lo demás que usted conoce.
Hasta hoy la sucesión de gobiernos en los Estados Unidos, sin distinción entre Demócratas y Republicanos, aprovechó cada crisis internacional que afecte a Cuba para tratar de abrir brechas a la unidad entre la dirección del país y el pueblo, sin el resultado esperado.
El colmo del cinismo y la desesperación es que aprovecharon el contexto de la afectación a la economía mundial y local provocada por la pandemia de Covid-19 para multiplicar la presión, una vez más no contaron con el potencial científico de los cubanos ni con la capacidad de resistencia organizada que caracteriza a este pueblo.
Sin embargo, la situación internacional provocada por el conflicto bélico que involucra “casualmente” a Estados Unidos, Rusia, Ucrania y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), tensa la cuerda para todo el mundo literalmente hablando, y a nuestros vecinos les encantaría que cayéramos como un “daño colateral” , pero eso depende ante todo de los cubanos, quienes escogimos seguir construyendo y creando con la resistencia como alternativa ante los caminos de una política oportunista.