
Luis Alberto Portuondo Ortega
Luego de participar en la Tribuna Abierta Antiimperialista en Guantánamo y recorrer el municipio de Niceto Pérez de la oriental provincia, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó hasta el santiaguero municipio de Guamá.
Nuevamente la diana mambisa y el grito de Libertad o Muerte resonaron desde el Parque de la Revolución de Baire; también las palabras del Coronel Florencio Salcedo de hace 130 años: “Basta ya de peleas de gallos, es hora de pelear los hombres y no los animales por la independencia de Cuba. El que quiera ver a Cuba libre que nos acompañe hasta la plaza”.
El espíritu de lucha de nuestro pueblo fue determinante para el triunfo de su Revolución y constante desafío a las “poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional”. Las luchas independentistas “de machete y teas”, iniciadas en 1868, tuvieron en el 24 de febrero de 1895 el necesario reinicio.
En Baraguá, Antonio Maceo protestó contra lo pactado en El Zanjón, allí se proclamó una brevísima Constitución (todo en el 1878) e inició la Invasión a Occidente por parte del mismo Lugarteniente Mayor General Antonio Maceo el 22 de octubre de 1895.
Hasta la Loma La Esperanza, cumbre del Mausoleo de los héroes y mártires del III Frente Oriental Dr. Mario Muñoz Monroy, se llegó una representacion del pueblo de la localidad de Cruce de Los Baños para rendir homenaje al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, quien nació en La Habana el 17 de febrero de 1927.
Gilberto y Clara habían contraído matrimonio en 1950 y perdido once embarazos, “incluso mi abuelo materno había votado por un Concejal a cambio de una consulta en la ‘Clínica de los Ángeles’ con la esperanza de que esa especie de maldición cesase”, comenta su hija Clarita, un verdadero milagro de nuestro Sistema Nacional de Salud, surgido en 1959.