principales jefes de la llamada Guerra Necesaria: José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo.
El encuentro ha sido ampliamente debatido por los historiadores dada las posiciones de cada uno de los generales, pero lo más significativo es que constituyó el primer y único encuentro de ellos y, sobre todo, un momento de unidad para impulsar la guerra anticolonial iniciada el 24 de febrero.
Aunque no existe una prueba documental oficial de la reunión resulta incuestionable que allí se definió a Martí como delegado del Partido Revolucionario Cubano, y fuera el máximo dirigente de la Revolución y a Máximo Gómez como general en jefe del Ejército Libertador para conducir la guerra junto al mayor general Antonio Maceo.
Durante la entrevista hubo varios criterios sobre la forma de gobierno: Martí propugnaba la formación de un gobierno civil, con un presidente y un consejo o cámara de representantes con amplias facultades, pero sin posibilidad de interferir sobre la conducción de la lucha armada, que estaría regida por la jefatura militar; Maceo era partidario de una junta de generales con mando y una secretaría general, aspectos estos que quedaron pendientes de resolver por la Asamblea Constituyente.
Se alude que tanto Gómez como Maceo eran partidarios de que Martí retornara al extranjero cuanto antes, donde sería más útil a la Revolución, criterio rechazado por el Apóstol, quien entendía que en
Cuba estaba su lugar. Es relevante el hecho de que en La Mejorana el Titán de Bronce conoció y aprobó el contenido del Manifiesto de Montecristi. En la década del 50 del pasado siglo el lugar fue señalizado y, desde el 19 de mayo del 2003, es Monumento Nacional por su valor histórico excepcional.