Caía aquel 30 de diciembre de 1958 a las cinco y treinta de la tarde en poder de las fuerzas rebeldes, la fortaleza del Banfaic. La guarnición se rindió después de veinte días de combate. Cientos de prisioneros, armas y municiones fueron ocupadas.
La victoria rebelde de aquel día, más que sobre una guarnición enemiga, lo fue sobre las injusticias sociales que sumían a este pueblo, como a toda
Cuba, en la miseria y el abandono. Cada disparo sirvió para cercenar las causas que identificaban a este como un poblado pobre, sin centros importantes de trabajo, con obreros de empleo cíclico, viviendas precarias, la mayoría sin electricidad, ausencia de acueducto, sin infraestructura sanitaria, sin telefonía, con una pequeña e insuficiente escuelita primaria y una institución cultural vetada para negros y pobres.
Ahora Maffo es distinto, transformado por la obra de la Revolución que aquí tuvo una de sus más difíciles y decisivas batallas liberadoras. Hoy un
arcoíris de colores en las fachadas alegran al visitante y los lugareños se sienten ufanos con cada palabra de elogio ante la pulcritud de las calles y caminos, los jardines cuidados con esmero, los parques, consultorios, el hogar para ancianos, círculos infantiles, escuelas, instituciones de comercio y gastronomía, industrias, centros culturales, cooperativas
agropecuarias entre otros.
A sus miles de habitantes, orgullosos de haber nacido en el terruño de Olo Pantoja y Rolando Ayub, cada evocación del pasado de luchas les
confirma la certeza de que aquellos días de gloria merecen ser honrados en la cotidianidad. Ante nosotros, en el antiguo Banfaic, se levanta un
Combinado de beneficio de café, puntal de la exportación cubana de este grano.
A lo largo de estos 65 años de lucha y victorias este pueblo ha aprendido a sortear obstáculos y defender valores, con la firme convicción de no dejar arrebatarse lo que tanta sangre y sudor costó.
A 65 años de aquellos gloriosos hechos sigue vigente la confianza y el apoyo de los hombres y mujeres de esta tierra a la Revolución, quienes
seguirán alzando los brazos para defender esta libertad por la que habrá que darlo todo y si fuera necesario hasta la sombra y nunca será suficiente.