En su haber profesional figura como aval significativo su colaboración sanitaria entre los años 2013 y 2015 en la misión en Venezuela.
Su labor es muy buena, así lo atestiguan compañeros de trabajo en el cuerpo de guardia en urgencia médica en esta instalación, ubicada casi en la falda de la elevación montañosa más alta de Cuba.
En la actualidad se prepara una sala en el hogar materno de Ocujal del Turquino, la cual reúne todas las condiciones que exige este tipo de servicio y la enfermera refiere que tiene todas los requerimientos para que un obstetra y cuatro enfermeras asuman la tarea con toda la responsabilidad que esta demanda.
"Se prevé, a modo de ir rescatando en lo posible los antiguos servicios que aquí se prestaban, se abra una pequeña sala de Pediatría y de Medicina. Nuestro sueño es que la instalación vuelva a rescatar estos servicios. Estamos muy contentos con la remodelación total a que ha sido sometida. Mira lo bello y pintadito que está todo. Mira la residencia médica, eso es como un hotelito donde el personal especializado que venga hasta aquí pueda tener comodidad".
Martha, con 55 años, nunca se ha enfermado y siempre ha mostrado excelente disposición laboral, incluso en medio de la nombrada zona roja de enfrentamiento a la Covid.
A ella le gusta la asistencia porque se graduó para atender a pacientes, es su sentencia profesional. El trato que se le da muy bueno, recalca como muestra de su voluntad en que haya excelencia en los servicios.
Martha es otra más de las "marianas cubanas", epíteto que se les pone a quienes se esfuerzan en sus centros de trabajo en virtud de satisfacer las exigencias del momento. Honran así a Mariana Grajales, la madre de los Maceo.