Ubicada en el entorno del Centro Histórico de la ciudad y con una extensión de cinco metros de ancho y 2.5 km de largo, desde la bahía santiaguera hasta el reparto Santa Bárbara, cuenta con diferentes sitios de interés empresarial, gastronómico, recreativo, de servicio, museos u otras instituciones.
Sin embargo, a esta reportera le llamó la atención un delito que pone en riesgo, no solo lo que es la imagen de ‘Enramadas’, también a las personas. Esta semana pude percatarme que en el horario de la noche-madrugada (cuando todavía hay centros nocturnos abiertos del sector privado, y santiagueros recorriendo la calle), más de seis motos subieron a exceso de velocidad y con mucho ruido (contaminación acústica), violando lo establecido en el Código de Seguridad Vial (varias infracciones).
Esto no solo pudo haber causado un accidente con comprometimiento de la vida humana (había conductores ebrios), que es lo más valioso en primera instancia, sino que una calle en la que se puso tanto empeño se va destruyendo, con todos sus elementos ornamentales pensados al detalle.
Recordemos que el Proyecto de Reanimación Urbana Enramadas Vive, como parte del Plan Especial de Revitalización del Centro Histórico Urbano, liderado por el entonces Departamento Plan Maestro de la Oficina del Conservador de la Ciudad, se encargó -más allá de la pintura e higienización-, de la rehabilitación y remodelación de edificaciones, propuestas urbanas, recuperación de espacios públicos, cambios de uso, completamiento del sistema de mobiliario urbano… Resultante de una inversión de miles de pesos.
Hoy sucesos como este y otros que han sido denunciados en ediciones anteriores de Sierra Maestra -como aquellas personas que se dedican a pedir dinero con estatuas religiosas y otros objetos colocados de forma tal que entorpecen el paso y la imagen-, no deben tener cabida allí.
Que los agentes del orden público velen porque se cumpla lo establecido y no se viole, es imprescindible para hoy no perder a nuestra ‘mayor novia’.