Así comenzó la celebración del día de los padres, pero lo vivido por la familia Smart, con el protagonismo de William, no es un caso aislado, más bien cotidiano y ennoblecedor. Ciertamente las madres tienen un peso enorme en sus hijos; pero los padres no son menos, en todo caso se encuentran en igualdad de condiciones.
Nunca serán mayoría los que abandonan a sus hijos ni los que rechazan a sus padres. Siempre la provisión y cuidado, el ambiente de seguridad que ellos imprimen a la familia superan, con creces, lo reprochable.
Textos antiguos aseguran que es “bienaventurado el hombre que tiene hijos”, del mismo modo que ponderan los beneficios de honrar a aquellos que nos aman infinitamente. A todos los padres, felicidades.