Su reciente anuncio –en x– lo demuestra todo: continúa «la ampliación de la política de restricción de visas» a «funcionarios gubernamentales cubanos y de terceros países cómplices, así como a personas responsables del programa de exportación de mano de obra explotadora», dijo, refiriéndose a la colaboración médica cubana en el mundo.

Ya manido está el término, o la frase, en su repetido papelucho.

La nueva medida vociferada por Rubio solo refuerza la guerra económica de EE. UU. contra la Mayor de las Antillas –«con el propósito deliberado de destruir la economía y deprimir el nivel de vida de la población cubana con fines de desestabilización, injerencia y dominación»–, desarrollada desde 2020 por la nación norteña. Así lo denunció la subdirectora general de la Dirección General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex), Johana Tablada.

Argumentó, además, –en x, a propósito de la conferencia de prensa en la embajada de Cuba en EE. UU.– que la administración estadounidense, al «no tener razón alguna que justifique tanto abuso», utiliza mentiras como la «criminalización vulgar de la legítima colaboración médica», así como la acusación de la existencia de bases chinas en territorio cubano, más «todo tipo de invento que ayude a presentar a Cuba como la amenaza que no es».

Tablada recordó que, mientras el Secretario de Estado realiza despidos y recortes de presupuestos para salvar vidas, «rápidamente» aseguró el despilfarro de fondos para «sus corruptos favoritos que administran» miles en «fracasadas y costosas operaciones de injerencia, descrédito y cambio el régimen contra Cuba.

«Esta narrativa falsa favorece a pocos poderosos que lucran con la ausencia de

vínculos en nuestros países. Desean justificar nuevas y duras medidas coercitivas contra el país que no tiene una sola acción contra Estados Unidos», señaló en la red social.

Es el «pueblo de Cuba el que sufre el impacto del bloqueo y las medidas medievales», denunció la diplomática cubana.

Asimismo, recordó que entre las medidas más duras está la persecución ilegal y penalización del turismo, uno de los reglones más importantes de la economía del país; lo mismo con las operaciones de importación de combustible, de transferencias, inversiones y remesas a Cuba, la suspensión de la colaboración bilateral, el acoso a los viajeros e intimidación a terceros países.

«El Gobierno de Estados Unidos incumplió su compromiso con el Papa Francisco, derogó en horas las medidas de alivio, como la exclusión de la llamada lista terrorista, y reforzó el cerco, a pesar de lo cual Cuba sí cumplió sus compromisos, como seguimos haciendo con los acuerdos migratorios», destacó la funcionaria del Minrex.

En tanto, reiteró que la Isla seguirá promoviendo la paz y los vínculos entre el pueblo estadounidense y los cubanos que residen allí, e instó a «poner más atención a la agenda personal del Secretario de Estado», que solo conlleva «dinamitar relaciones, escalar agresión injusta y empujar nuestros países a indeseados escenarios de confrontación».

La política de la Casa Blanca «transita por la ficción y debe aterrizar en la realidad. Con 22 acuerdos bilaterales, que tenemos, deberíamos estar hablando de cooperación en temporada ciclónica, de la lucha contra el tráfico de drogas, evitar la migración irregular, prevenir epidemias y mucho más».

Pero qué puede saber de humanidad y de solidaridad, o de aportar al bien de la comunidad global, quien con su política externa promueve guerra, hambre y destrucción.