El dolor por esa partida la comparten sus familiares, amigos, compañeros de profesión y de la Uneac, y además aquellos que, sin ser músicos conocían a Alexander Carter desde tiempos de adolescentes, cuando formaba parte de un grupo juvenil que ensayaba en el Colegio Don Bosco.
Vecino de calle 10, entre calle 11 y calle A, en el reparto Mariana de la Torre, Walter ya sobresalía entre los otros de su tiempo por la habilidad en el piano y en el acordeón.
Aquellos conocimientos y su interés por aprender -no solo música- lo convirtieron en una persona muy educada y muy bien informada, aptitudes que siempre emergían en las tertulias en los balances de la sede de la Uneac, en la calle Heredia.
Una descompensación de su diabetes más complicaciones con insuficiencia respiratoria, según explicó a Sierra Maestra, Deysi, su hermana, no pudieron ser superadas por el esfuerzo médico inicial ni posteriormente en cuidados intensivos del “Saturnino Lora”.
Alexander Carter nunca dejó escapar oportunidad de orientar a quien le solicitó ayuda ante el aprendizaje del piano, y desde su puesto como integrante de la Uneac y de la asociación de músicos de la organización, tenía planes maravillosos relacionados con el instrumento, que lamentablemente no tuvo tiempo de materializar.
Por ejemplo, estaba empeñado en crear un equipo de “luthiers” que laboraran en un taller estatal para atender, profesionalmente, los pianos; tenía un censo con todos ellos -en casas particulares y en dependencias del estado- existentes en Santiago de Cuba; abogaba por un transporte especializado para trasladar los pianos, pues tenía el criterio de que muy pocas personas “mueven” correctamente el instrumento; era una propuesta suya, formar afinadores de piano, con el apoyo de un dúo de especialistas: Carlos, avezado afinador, y Leo, el mecánico.
Alexander Carter salió de una familia integrada por varios músicos
Desde La Habana, Noemí Adaina, otra de las hermanas del fallecido músico, nos hizo llegar elementos biográficos del destacado instrumentista que nació el 5 de marzo de 1946.
Leonardo Alexandra Qiupid y Rosely Emilayn Carter.
Era el mayor de seis hermanos: cuatro hembras y dos varones, y se crió en un ambiente musical, heredado de bisabuelos y abuelos paternos.
Desde los ocho años comenzó a estudiar piano con una profesora particular para acompañar a su hermana.
Sin embargo, su pasión era por las artes plásticas y la comenzó a estudiar en la muy cercana a su hogar, Academia de Artes Plásticas José Joaquín Tejada. Pero sin abandonar la formación sobre las teclas de ahí que el piano lo acompañó hasta el final de su vida.
Amplió los conocimientos musicales en el conservatorio de Dulce María Serret; forma un combo en el preuniversitario con el que triunfa en festivales de aficionados, hasta que comienza a trabajar en la orquesta Hermanos Salazar y luego en Rítmicos de Palma.
Pasa al Servicio Militar y allí también forma y dirige un grupo que gana en festivales en la provincia de Oriente y nacionalmente.
Ya en la vida civil forma parte de la orquesta Hanoi, que acompaña el show en el cabaret San Pedro del Mar; los conocimientos de armonía que adquiere con Juan Filiú y Roberto González Pantoja le permiten iniciarse como arreglista tanto para la orquesta como para solistas de rango nacional e internacional.
En 1979 va con el show a una gira por Bulgaria; luego, al fallecer el director de la “Hanoi”, asume la conducción del colectivo. Tiempo después, cuando el maestro Adalberto Álvarez decide trasladarse a La Habana, Leonardo Walter es el director de Son 14, conjunto con el que va a México, Colombia y otros países.
Y llega el momento en que decide formar su propia orquesta: Alexander y su Nuevo Son, y luego Alexander y sus Manos de Oro, con la que igual que hizo con Son 14, graba varios discos.
Da otro giro en su labor y decide trabajar en solitario y es uno de los pianistas en el restaurante 1900, en la calle San Basilio, puesto que ocupó hasta su deceso.
A la par es un miembro muy activo de la Uneac dentro de la que dirige la asociación de músicos. Al lado de Rodulfo Vaillant, trabaja con seriedad en la organización de festivales y en concursos.
Como solista viajó a Francia y posteriormente a Inglaterra con la Conga de Los Hoyos, también con arreglos para ese formato.
Un productor español le hace un documental a Leonardo Walter y al estreno del filme es invitado.
Y en este resumen hay que mencionar su labor en la realización de programas y otros espacios, entre estos de cantantes aficionados o como entrevistador de figuras del pentagrama, para la CMKC Radio Revolución, CMKW Radio Mambí, Radio Progreso…
Con setenta y siete años, Leonardo Walter Alexander Carter muere repentinamente en las primeras horas de este lunes, víctima de un trombolismo pulmonar. Su cadáver será expuesto hoy martes 13 de junio, en la funeraria de Santiago de Cuba.