Uno de sus autores principales, el doctor Roberto José Balmaseda Manent, del hospital Ortopédico docente Fructuoso Rodríguez, informó que la institución examina la calidad, seguridad y eficacia del equipo para su utilización nacional.
Por lo general, la fractura de cadera en el anciano se han incrementado de manera notable y constituye una de las afecciones médicas más frecuentes de este siglo, a expensas del envejecimiento poblacional, comentó en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias.
En nuestro país el comportamiento ha sido similar, pero el enfrentamiento de este grave problema de salud se ha visto seriamente comprometido por la situación que provoca el férreo bloqueo económico, financiero y comercial del gobierno de Estados Unidos, advirtió.
Añadió que al impacto de esa creciente agresividad estadounidense se suman los elevados costos de las prótesis de cadera en el mercado internacional, lo cual limita de forma crítica su disponibilidad.
De modo que, prosiguió, la posibilidad de contar con una prótesis de cadera de diseño y fabricación nacional, nos pone en condiciones de enfrentar, de manera óptima, las exigencias de tratamiento quirúrgico de los pacientes con fracturas intracapsulares. .
Señaló que en la práctica, el hecho redunda en beneficios de tipo económico para el país por el ahorro de importaciones y por la reducción de recursos para el tratamiento de complicaciones y de beneficio para la familia, pues la cirugía protésica evita el paciente en cama.
También minimiza los cuidados de los pacientes de tipo social, porque mejora la calidad de vida de los ancianos; y de tipo humanitario por la reducción de la morbilidad y mortalidad relacionadas con el tratamiento no quirúrgico de estas lesiones.
Desde el punto de vista político, dijo, se ratifica el desarrollo y potencial científico-técnico de nuestro sistema de salud, gratuito y con estricto carácter humanista.
Balmaseda Manent agradeció al Ministerio de Salud Pública y a la Unión de Industria Militar, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, por la fabricación del equipo, en el que también intervinieron su propia institución hospitalaria y la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
Además, la Empresa de Tecnologías Alternativas (TECAL S.A.), trabajadores por cuenta propia y colaboradores de las universidades de Matanzas Camilo Cienfuegos, y la de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, al igual que del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
El proyecto en cuestión surgió en abril de 2022 y actualmente se encuentra en Fase III de Ensayo Clínico, luego de que en noviembre de 2022 el CEDMED concediera el Autorizo de Uso Excepcional para este producto, de acuerdo con otras fuentes de información.
Su fabricación se inició cuatro meses atrás en la Empresa Militar Industrial Planta Mecánica Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, y se han incrementado las producciones, que pueden llegar a ser de 150 prótesis cada mes.
Balmaseda Manet, ortopédico y traumatólogo, explicó que ya se han realizado 100 operaciones en el Hospital Fructuoso Rodríguez y en ninguno de los pacientes se han presentado complicaciones técnicas durante el acto quirúrgico, ni se evidencian reacciones adversas o infecciones.
Añadió el especialista que como parte de los resultados obtenidos en estos meses, se ha demostrado una excelente estabilidad articular de la prótesis y también de sus componentes.
Opinó que, a mediano plazo, el desarrollo de este producto dotará de soberanía al país en lo referido a la producción de prótesis de cadera, aunque satisfacer la actual demanda que existe entre la población cubana requerirá de tiempo y mayores inversiones.
La Prótesis parcial de cadera cubana constituyó uno de los 95 premios 2022 a los resultados de la investigación científica de la Academia de Ciencias de Cuba.