Ahora canta y una sonrisa la distingue, junto a otros que cumplen años y lo celebran, de manera colectiva, en el Centro Comunitario de atención social a personas en situación de vulnerabilidad, estado de abandono o ausencia familiar, que deambulan o practican la mendicidad, ubicado en la populosa calle Heredia, de la Ciudad Héroe.
«Por supuesto, los que vivimos en El Viso no podíamos faltar, yo invito a otros para que su situación mejore, como lo ha hecho la mía», dijo –a viva voz– César, quien reside en el Centro Provincial de protección a personas con conducta deambulante, inaugurado oficialmente el 8 de marzo.
El principio de que en la Cuba revolucionaria nadie puede quedar desamparado se refrenda en el Artículo 70, de la Constitución, referido a la protección «a las personas sin recursos ni amparo, no aptas para trabajar, que carezcan de familiares en condiciones de prestarles ayuda; y a las familias que, debido a la insuficiencia de los ingresos que perciben, así lo requieran, de conformidad con la ley».
Sin embargo, los nocivos efectos de la pandemia de la covid-19, las complejas relaciones económico-comerciales que imperan en el mundo y las consecuencias del recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, han incidido en que, como país, nos hayamos replanteado las estrategias para dar respuesta al citado Artículo de la Carta Magna. En ese sentido, el sistema de atención y prevención social ejecuta numerosas acciones, cuyos resultados deben multiplicarse, al tiempo que se perfeccionan.
DEL AMOR Y LAS MARAVILLAS QUE ENGENDRA
Liety Genesia Solas Benavides se formó en el Programa de trabajadores sociales, «Me gradué como Sicóloga y continué como trabajadora social, pero el fallecimiento de mi niña, de apenas cuatro años, me hizo jurar que serviría más fervientemente a los demás», y ha sido fiel a esa convicción. Actualmente, es Coordinadora del Grupo de Prevención del consejo popular Heredia.
De acuerdo con Liety, «ser deambulante no siempre es sinónimo de pobreza; en una ocasión vi a un familiar muy allegado en estado de embriaguez durmiendo en la Plaza de Marte».
Las principales autoridades políticas y gubernamentales de la provincia indómita impulsaron, con el concurso del resto de los factores –especialmente con los de las comunidades–, lo que de manera primigenia se nombraría Enramadas en Revolución, y derivó en el proyecto Con-Pasión, dijo la Coordinadora.
A esa iniciativa se han integrado unas 50 personas que sí tienen vivienda, pero que carecen de familiares o no son atendidos por ellos, y se acogen al régimen de seminternos.
Trabajadores por cuenta propia, el sector cooperativo-campesino, las escuelas e instituciones culturales y deportivas se han sumado a Con-Pasión. «Es algo maravilloso, que demuestra cuánto podemos hacer en función de nuestra gente más necesitada; verlos sonreír satisface y enorgullece», aseguró la instructora del grupo folclórico infantil de la Casa de la Cultura, Josué País García. «Aquí garantizamos desayuno, almuerzo, meriendas, el avituallamiento de ropa y calzado, la atención médica, y de higiene y belleza», detalló Annia Charles Peró, miembro del Grupo de Prevención.
En toda la provincia se desarrollan acciones similares, «enfocadas en unas 300 personas, de hasta 60 años, que fueron identificadas como deambulantes o que practican la mendicidad, y que no tienen amparo familiar. Los adultos mayores pueden ser ubicados en Hogares de Ancianos y otras instituciones de la Salud, pues muchos presentan padecimientos asociados a esa conducta», argumentó Annia Limonta Limonta, subdirectora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social, en la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social (DPTSS).
Asimismo, el perfeccionamiento del Sistema de Atención a la Familia (SAF) es prioridad, en función de atender lo mejor posible a los más de 5 100 beneficiados que tiene el Programa, mediante los 126 centros que posee, muchos de los cuales han sido objeto de procesos inversionistas, en zonas urbanas y rurales.
MÁS QUE UN CENTRO, UN HOGAR
En correspondencia con la voluntad política, «desde hace mucho tiempo existe un protocolo que se actualiza y atempera, para atender a todos los que se encuentran en situación de vulnerabilidad –ya sea temporal o vitalicia–, en dependencia de las causas y condiciones. En todos los consejos populares y los municipios funcionan las comisiones de Prevención, y existen grupos multidisciplinarios y multisectoriales para evaluar y atender cada caso», manifestó Ernesto González Ojea, director de la DPTSS.
No obstante, se tornaba imprescindible la creación de un Centro destinado a la protección de esas personas que, aunque funcionaba de facto desde los tiempos de la covid-19, este año «se gestiona como Unidad Presupuestada subordinada al Gobierno Provincial del Poder Popular, con las condiciones y el personal necesarios, porque aquí, no solo atendemos, protegemos», afirmó Oliana Hierrezuelo Marcilli, directora de la institución ubicada en la zona de El Viso.
Para 2025, el Gobierno Provincial ha destinado diez millones de pesos al Centro, con capacidad para unas 200 personas que carecen de vivienda, familia o de quienes se ocupen de suplir sus necesidades. «Tenemos 70 trabajadores, y grupos multidisciplinarios para proveerles material y espiritualmente, porque hay muchas historias, por lo general muy tristes, en cada vida que nos llega. La dirección de la provincia nos ha comunicado que, de ser necesario, el presupuesto puede incrementarse», subrayó Hierrezuelo Marcilli.
«El nuestro es un trabajo hermoso; prácticamente nos convertimos en la familia de cada residente. A mí me dicen tío o papá, me da alegría y a veces nostalgia, pues mi madre padecía de esquizofrenia. Estar aquí, sirviendo, me hace sentir útil como cubano y como ser humano», relató Yasser Írsula Pérez, quien se desempeña como asistente de 14 mujeres «que bailan y cantan», dijo.
Como todas las Dolores, Lola tiene mucho que contar. «Mi vida ha sido dura, muy dura, incluso de ir hasta los basureros. Por suerte, quedaron atrás esos días; aquí nos sentimos muy bien, somos bien tratados», aseguró, con lágrimas en sus ojos.
LEYES QUE PROTEGEN SIN DISTINCIÓN
«La Ley 160 prevé que le corresponde a la Fiscalía el control de la legalidad, entre otras cuestiones, en el tratamiento a las personas en situación de vulnerabilidad, específicamente en el Artículo 12, inciso l», precisó Ládenis Ricardo Soria, jefa del Departamento de Protección a la Familia y Asuntos Jurisdiccionales, de la Fiscalía Provincial de Santiago de Cuba.
Obviamente, «dentro de las personas protegidas por estos presuntos legales se encuentran las que tienen conducta deambulante, que socialmente están en situación de vulnerabilidad. La Fiscalía, como parte del control de la legalidad, hasta el año 2021 tenía entre sus funciones la representación de estas personas, siempre que estuviesen en situación de discapacidad. Por lo tanto, tenemos experiencias de casos en los que se comprobó que terceras personas habían afectado los derechos, sobre todo los relacionados con el patrimonio, la propiedad de viviendas y de determinados ingresos. Con la modificación establecida en la Ley 141, Código de los Procesos, la representación legal de estas personas corresponde al Defensor Familiar», explicó la también especialista en Derecho Civil y de Familia.
No obstante, dijo, «realizamos visitas de control a los centros de protección social en los cuales se encuentran acogidas estas personas, que precisan de una evaluación multidisciplinaria para definir las acciones que se deben realizar, a fin de eliminar las causas y condiciones que motivan su deambulación».
La Defensoría es una estructura del Ministerio de Justicia, cuya misión es proteger, garantizar y restablecer el ejercicio de los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad sociojurídica.
«Nadie tiene el derecho de dormir tranquilo mientras haya un hombre, un solo hombre infeliz», dijo nuestro Héroe Nacional, de manera que, a la sociedad toda, corresponde velar por que no se vulneren los derechos de sus integrantes, bajo el liderazgo de instituciones a las que, por encargo social, les corresponde.
Puede que la situación económica del país sea compleja, y, sin duda, se hagan notables ejercicios de pensamiento para llegar, con lo que tenemos, al mayor número de personas posible. Sin embargo, en medio de tales apremios, sigue siendo prioridad la dignidad humana, y para eso no se escatiman recursos por exiguos que sean. Es una labor perfectible, que aún no llega a todos, pero el camino que queda por recorrer, los pendientes, no demeritan en absoluto cada esfuerzo destinado a acompañar, ayudar, proteger y dar amor, a quienes más lo necesitan.